El presidente Andrés Manuel López Obrador encabeza la ceremonia con motivo del segundo año de asumir la Presidencia de México. Foto La Hora/AP/Marco Ugarte.

CIUDAD DE MÉXICO
Agencia AP

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se mostró satisfecho con todo lo logrado en sus dos primeros años de gobierno, que se cumplieron ayer, pero aceptó que una de las asignaturas pendientes es la seguridad.

«Todavía queda mucho para pacificar el país», reconoció durante su discurso de balance.

El mandatario dijo que se consiguió revertir la tendencia al alza de todos los delitos excepto de tres, que son de alto impacto: los asesinatos, los feminicidios y la extorsión.

Uno de los mayores elogios fue para las fuerzas armadas que, según señaló, «están inaugurando una etapa nueva en su función de servicio a México» con una multiplicidad de tareas que van desde la lucha contra los cárteles a la construcción de infraestructuras, el control de las aduanas, el cultivo de plantas o la asistencia a enfermos de COVID-19.

Entre sus principales logros subrayó que en su gobierno «la autoridad no se asocia con la delincuencia», que se respetan los derechos humanos y que «no hay impunidad para nadie».

Como únicos compromisos no cumplidos mencionó la descentralización de la administración para sacarla de Ciudad de México, el apoyo a las energías renovables -a las que ha combatido-, y el saber la verdad en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014.

Su gestión de la pandemia (más de 1,1 millones de contagiados y 105.000 muertos) y de la economía (2020 podría cerrar con una recesión de hasta el 9%) ha sido muy criticada desde sectores opositores pero López Obrador defendió su estrategia basada en la austeridad, la lucha contra la corrupción, la no contratación de deuda y los apoyos directos a los más necesitados.

En las calles, todas las encuestas publicadas recientemente por distintos medios coinciden en señalar en que el presidente sigue contando con el apoyo de más de la mitad de los mexicanos pero todos los expertos también indican que se ha exacerbado la polarización de la sociedad entre incondicionales y detractores.

«No todo es perfecto», afirmó, pero «ya logramos sentar las bases para la transformación de México».

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