Por MICHAEL BALSAMO
WASHINGTON
Agencia AP
El secretario de Justicia de Estados Unidos William Barr declaró ayer que su departamento no ha descubierto evidencia alguna de un fraude que pueda cambiar el resultado de las elecciones.
Los comentarios marcan un agudo contraste con las denuncias y acusaciones del presidente Donald Trump, quien se niega a aceptar su derrota ante el demócrata Joe Biden.
En entrevista con The Associated Press, Barr divulgó que fiscales y agentes del FBI han estado siguiendo pistas y atendiendo a denuncias que han recibido, pero hasta ahora no han detectado ninguna irregularidad que pueda cambiar el resultado de la votación.
«Hasta la fecha, no hemos visto fraude de una magnitud que pueda llevar a un diferente resultado electoral», indicó Barr en la entrevista.
Los comentarios son particularmente importantes ya que Barr ha sido uno de los más estrechos aliados del presidente saliente. Antes de las elecciones, mencionó repetidamente la posibilidad de que los sufragios depositados por correo eran vulnerables al fraude, en momentos en que una parte de la población optó por votar de esa manera a fin de evitar la presencia física en los centros de votación durante la pandemia.
El mes pasado giró instrucciones a fiscales federales en todo el país autorizándoles a investigar toda «denuncia sustancial» de irregularidades electorales incluso antes de las elecciones, a pesar de que no había indicio alguno en ese momento de un fraude generalizado. Ese memorándum autorizó a los fiscales a obviar ciertas normas del Departamento de Justicia que usualmente prohíben ese tipo de acciones antes de la certificación de unas elecciones. Poco después de emitida esa orden, el encargado de investigar irregularidades electorales en el Departamento de Justicia renunció en protesta.
La campaña de Trump, liderada por Rudy Giuliani, ha acusado a los demócratas de infiltrar millones de votos ilegales, pero no han mostrado prueba alguna. Los tribunales en numerosos estados importantes del país han descartado sus demandas, incluso por parte de jueces republicanos. Algunos políticos republicanos han repetido las denuncias de Trump, aunque tampoco han mostrado evidencias.
Trump ha despotricado contra las elecciones en tuits y entrevistas, a pesar de que su propia administración ha confirmado que las elecciones del 2020 fueron las más pulcras en la historia del país. En días recientes, el mandatario autorizó a su equipo a iniciar la transición para Biden, aunque se niega a admitir que perdió.
Los problemas que Trump y sus aliados señalan son menores e inherentes a cualquier elección: problemas con firmas, sobres mal cerrados, boletas marcadas de manera confusa o la posibilidad de que un grupo ínfimo de votos se haya perdido.
Aun así, una abogada del equipo de Trump, Sidney Powell ha pedido más investigaciones. Powell fue en días recientes sacada del equipo, tras sus amenazas de «reventar» a Georgia con demandas judiciales «de proporciones bíblicas».