Refugiados etíopes cruzan la frontera con Sudán. Foto La Hora/DPA/Europa Press/WFP/Leni Kinzli.

MADRID
Agencia DPA/Europa Press

La situación humanitaria se está deteriorando cada día que pasa en la región de Tigray, escenario de un conflicto entre el Ejército etíope y las fuerzas del Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), de ahí la necesidad urgente de que las partes permitan el acceso incondicional y sin restricciones a las organizaciones humanitarias, ha advertido nuevamente hoy la ONU.

Aunque la interrupción de las comunicaciones con esta región norteña así como la suspensión del transporte impiden tener una imagen completa de la situación, sí que se sabe que hay «una escasez brutal de servicios y de productos básicos», incluidos alimentos, ha explicado a Europa Press Saviano Abreu, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

También hay falta de agua, puesto que algunas infraestructuras han resultado dañadas y «hay gente que está bebiendo en algunas zonas agua no tratada, con los riesgos para la salud que ello conlleva», ha subrayado, en un contexto en el que además hay escasez de suministros médicos, según ha constatado el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Por lo que se refiere a las víctimas el conflicto que estalló el 4 de noviembre, se cree que habría cientos de muertos y heridos, mientras que los desplazados dentro de Tigray serían miles pero «es complicado dar un número exacto», a los que se suman los más de 45.000 etíopes que se han refugiado ya en el este de Sudán.

«En la ONU nos estamos preparando para atender a un millón de personas, incluidos los desplazados», ha precisado el portavoz, que reconoce igualmente preocupación por los 94.000 refugiados eritreos que había en la región, «que dependen totalmente de la ayuda humanitaria» y que esta misma semana podrían quedarse sin alimentos.

En estas circunstancias, ha subrayado Abreu, «es muy urgente que se garantice acceso humanitario». «La ONU y las organizaciones humanitarias reconocen el compromiso del Gobierno etíope de garantizar la asistencia humanitaria y la protección» de la población de Tigray, añade, en referencia a las declaraciones hechas el viernes por el primer ministro, Abiy Ahmed, que prometió una «ruta humanitaria» gestionada por el Gobierno y apoyada por la ONU.

Según el portavoz de la OCHA, el acceso humanitario debe ser «negociado con todas las partes» en el conflicto y «garantizado» igualmente por todas ellas con el fin de que pueda cumplir con los principios de neutralidad, imparcialidad e independencia en los que se sustenta la ayuda humanitaria. Además, el acceso debe ser incondicional y completo, «independientemente de quién controle» cada zona, recuerda.

En cuanto a la situación del otro lado de la frontera, Abreu ha indicado que cuando estalló el conflicto la ONU se preparó para atender a unas 20.000 personas en un mes pero la cifra ya se ha duplicado, lo que ha generado una «situación bastante complicada», sobre todo en términos de infraestructura y logística, para poder atender sus necesidades.

Aunque unos 10.000 refugiados ya han sido reubicado al campo de Um Raquba, lejos de la frontera, muchos continúan cerca de esta porque están a la espera de que lleguen otros familiares –«hay muchas familias y niños separados» o porque «quieren intentar regresar si la situación lo permite para la cosecha o para recuperar sus pertenencias». «Esto nos genera dificultades puesto que son reacios a ser reasentados», ha reconocido el portavoz.

El máximo responsable del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, ha visitado durante el fin de semana Sudán, donde se ha reunido con las autoridades y ha tenido ocasión de ver de primera mano la situación en la frontera con Etiopía.

«El Gobierno de Sudán ha mantenido abierta la frontera en la mejor tradición de hospitalizad africana y sudanesa y quiero destacarlo como un ejemplo para la comunidad internacional», comentó este domingo, subrayando que también «necesita mucha ayuda». En este sentido, la ONU y las organizaciones humanitarias han pedido ya 147 millones de dólares para ayudar a Sudán en los próximos 6 meses.

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