Por LISA MARIE PANE y SOPHIA TULP
Agencia AP
Millones de estadounidenses decidieron viajar en avión y automóvil por el Día de Acción de Gracias a pesar del riesgo de agravar más la pandemia de coronavirus, ignorando las advertencias cada vez más serias de las autoridades para que permanecieran en sus hogares y limitaran sus reuniones a los miembros de su vivienda.
Aquellos que tomaron vuelos fueron testigos de un panorama diferente en los aeropuertos de la nación durante el que tradicionalmente es uno de los períodos de viajes más agitados del año: se colocaron barreras de plexiglás frente a las estaciones de entrega de documentos de identificación, había sitios de pruebas rápidas dentro de las terminales, y se entregaba un papel en el que se les solicitaba a los pasajeros colocarse en cuarentena cuando llegaran a su destino.
Si bien el número de estadounidenses que viajaron vía aérea en los últimos días ha sido mucho menor respecto a la misma época del año pasado, muchos siguieron adelante con sus planes para celebrar el asueto en medio de un fuerte aumento de muertes, hospitalizaciones y casos confirmados de coronavirus en todo Estados Unidos.
Muchas personas estaban cansadas de más de ocho meses de cumplir con las medidas de distanciamiento social y se sentían decididas a pasar tiempo con sus familiares.
«Creo que con las festividades (navideñas) y todo, es muy importante ahora mismo, sobre todo porque la gente está tan desanimada debido a toda la pandemia», comentó Cassidy Zerkle, de 25 años, quien viajó de Phoenix a Kansas City, Missouri, para visitar a su familia.
Llevó refrigerios y su propio desinfectante de manos, y dijo que el vuelo iba a la mitad de su capacidad. Tuvo toda una hilera de asientos para ella sola.
«Siempre y cuando mantengas tu distancia, no estés tocando cosas y estés desinfectando tus manos, la gente debería ver a sus familiares ahora mismo», señaló.
Hasta ahora, Estados Unidos ha registrado más de 12,7 millones de casos confirmados de coronavirus y más de 262.000 decesos a causa de la enfermedad. El país sigue sin detectar aproximadamente ocho infecciones por cada una que sí contabiliza, según un nuevo informe gubernamental difundido el miércoles. Muchas personas no reciben pruebas, en especial si no tienen síntomas.
Más de 88.000 personas estaban hospitalizadas el martes con COVID-19 en el país —la mayor cantidad en lo que va de la pandemia_, provocando que en muchos sitios el sistema de salud se encuentre abrumado por el exceso de trabajo. Los casos nuevos han aumentado a un promedio de más de 174.000 al día, el nivel más alto del que se tenga registro.
Los decesos se han incrementado a más de 1.600 diarios, una cantidad vista por última vez en mayo, cuando la crisis en el área metropolitana de Nueva York estaba disminuyendo.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y las autoridades estatales y locales han exhortado a la gente a no viajar, y han solicitado mantener los festejos por el Día de Acción de Gracias a un nivel muy moderado.
Entre 900.000 y un millón de personas al día pasaron por los puntos de revisión de los aeropuertos de la nación del viernes al martes, una disminución del 60% respecto al mismo periodo del año pasado. Sin embargo, de todas formas han sido algunas de las aglomeraciones más grandes desde que la crisis del COVID-19 llegó a Estados Unidos en marzo.