Un hombre camina por una carretera inundada en Nicaragua. Foto La Hora/AP/Carlos Herrera.

Por CURT ANDERSON y FREIDA FRISARO
ST. PETERSBURG, Florida, EE. UU.
Agencia AP

Justo mientras los remanentes de “Eta” se disipaban ayer en el océano, se formaba otra tormenta, Iota, que al igual que la anterior, podría dejar una estela de muerte y destrucción en Centroamérica.

Los expertos en huracanes se mantenían atentos en el Caribe, donde se formó Iota el viernes por la tarde. Los meteorólogos advirtieron que la tormenta podría adquirir fuerza de huracán rápidamente mientras avanza hacia Centroamérica, donde podría tocar tierra el domingo en la noche o el lunes, y causar más estragos en una región que aún resiente las secuelas de “Eta”.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo que Iota podría causar fuertes vientos y marejadas ciclónicas, y dejar hasta 76 centímetros (30 pulgadas) de lluvia en el norte de Nicaragua y Honduras. La tormenta se ubicaba a unos 540 kilómetros (335 millas) al sur-sureste de Kingston, Jamaica, y tenía vientos máximos sostenidos de 65 km/h (40 mph).

“Iota” es la 30ma tormenta con nombre en la actual temporada de huracanes del Atlántico, que este año ha sido extraordinariamente intensa. Esta actividad ha llamado la atención sobre el cambio climático, que de acuerdo con los científicos está causando tormentas más poderosas y más destructivas.

“Eta” tocó tierra en Nicaragua la semana pasada como huracán de categoría 4, y causó la muerte de al menos 120 personas en diversas partes de América Central y México. Luego pasó por Cuba, los Cayos de Florida y el Golfo de México antes de volver a tocar tierra cerca de Cedar Key, Florida, y afectar Florida y las Carolinas.

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