Por JOSEPH WILSON
BARCELONA
Agencia AP
Los viajeros procedentes de países considerados zonas de alto riesgo debido al COVID-19 deberán proporcionar una prueba negativa para poder visitar España, informó ayer el Ministerio de Sanidad del país.
A partir del 23 de noviembre, los turistas que quieran visitar España deberán presentar una prueba con resultado negativo que se haya llevado a cabo en las 72 horas previas a su salida, señaló el ministerio. Podrán hacerlo a través de internet, una aplicación para celular o presentando un documento antes de abordar un avión o un barco.
La prueba con resultado negativo es adicional a la toma de temperatura de los pasajeros que arriben a los puertos y aeropuertos españoles. La medida será aplicable a personas provenientes de países considerados de «alto riesgo».
La Unión Europea considera que una nación dentro del bloque es zona de alto riesgo si la tasa de notificación de casos acumulados en 14 días es de 50 o mayor y si la tasa de resultados positivos al COVID-19 es de 4% o superior, o si su tasa de notificación de casos acumulados en 14 días es de más de 150 por cada 100.000 habitantes.
Para los países que no pertenecen a la UE o aquellos del espacio de Schengen exentos de visa, España considera de alto riesgo a los que acumulen 150 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo que el gobierno adoptó la medida conforme a las directrices establecidas por la Unión Europea el mes pasado. Señaló que los miembros de la UE habían optado por utilizar «pruebas diagnósticas y no cuarentenas» para permitir el tránsito seguro dentro del bloque.
El enorme sector turístico de España, un pilar de su economía, se ha visto fuertemente afectado debido a los miedos y restricciones causadas por el virus.
Las autoridades regionales de Madrid, que desde hace meses han estado exigiendo controles más estrictos en el aeropuerto de la capital, celebraron la decisión.
Sin embargo, el número de casos importados de coronavirus en España es insignificante, según Illa.
Mediante un estricto confinamiento en la primavera boreal, el país logró controlar su primer brote, pero no pudo erradicar al coronavirus entre la población. Los contagios volvieron a incrementarse cuando las autoridades permitieron reanudar las actividades económicas y sociales en el verano boreal, lo que obligó a que se adoptara una nueva tanda de restricciones, incluido un toque de queda nocturno aplicado a nivel nacional en las últimas semanas.
Al igual que la mayor parte de Europa, España tiene problemas para contener un repunte de casos de coronavirus. La nación ibérica ha rebasado las 40.000 muertes confirmadas por COVID-19 luego de que las autoridades sanitarias reportaron el miércoles otros 349 decesos.
No obstante, Illa intentó dar cierta esperanza al tiempo que hizo énfasis en la necesidad de mantener la vigilancia.
«Continuamos con la tendencia a la baja pero sigue siendo muy preocupante, con niveles altos de hospitalizaciones y de ocupación» en las unidades de cuidados intensivos, agregó.