MADRID
Agencia DPA/Europa Pres
El Departamento de Policía de Filadelfia ha informado de la detención de 91 personas después de dos días de protestas, que han acabado derivando en algunos casos de vandalismo y saqueos, por la muerte a manos de dos agentes de un ciudadano afroamericano que portaba un cuchillo y «lo estaba blandiendo y agitando de manera errática».
Entre los detenidos, detalla las autoridades, se han presentado cargos contra once de ellos por delitos de agresión a agentes de la Policía, y a otros 76 por robo, después de que algunas de las protestas y marchas pacíficas acabaran derivando en saqueos, según ha informado la cadena estadounidense CNN.
El lunes por la noche, los agentes implicados recibieron una llamada alertando de que en el oeste de la ciudad un varón afroamericano, Walter Wallace Jr., se encontraba a las afueras de sus domicilio portando un cuchillo que agitaba y blandía de manera «errática».
Un vídeo grabado con teléfono móvil y difundido en medios de comunicación y redes sociales muestra como los agentes exigen a un nervioso Wallace, que no deja de moverse entre los coches estacionados, que suelte el cuchillo. Sin embargo, la víctima avanza hacia ellos, quienes acaban disparando.
«PREGUNTAS DIFÍCILES DE RESPONDER»
El alcalde de Filadelfia, el demócrata Jim Kenney, ha afirmado que el vídeo del tiroteo «presenta preguntas difíciles que deben responderse», aunque el sindicato policial que les representa ha defendido la actuación de ambos y ha pedido «paciencia» a la comunidad mientras se investiga con más detenimiento lo sucedido.
«Nuestros policías están siendo vilipendiados por hacer su trabajo y mantener a la comunidad segura, luego de ser confrontados por un hombre con un cuchillo. Apoyamos y defendemos a estos oficiales, ya que ellos también están traumatizados por estar involucrados en un tiroteo fatal», han dicho desde este sindicato.
A la espera de que se hagan públicas la valoraciones tras revisar las imágenes de las cámaras que portaban los agentes, el fiscal del distrito Larry Krasner y la comisionada de la Policía, Danielle Outlaw, han suscrito las palabras del alcalde Kenney y han subrayado que el vídeo grabado por un testigo «deja preguntas muy serias que necesitan respuesta».
Ante la indignación de los manifestantes y las preguntas y críticas lanzadas por la desproporción en la respuesta en la que los agentes habrían incurrido, Outlaw ha explicado que los dos policías no estaban equipados con pistolas láser con las que poder reducir a Wallace.
Por su parte, los padres del fallecido han pedido este martes por la noche calma a la comunidad y se han desmarcado de los actos vandálicos, pues estos no tienen nada que ver con la memoria de su hijo.
La madre de la víctima, que en el vídeo publicado se ve como intenta tranquilizar a Wallace ha contado que le hizo saber a la Policía en «repetidas ocasiones» los problemas de salud mental de su hijo.
El abogado de la familia Wallace ha informado de que los padres llamaron a una ambulancia debido a una de sus frecuentes crisis de salud mental antes de que ocurrieran los fatales hechos.
PROTESTAS CONTRA LA VIOLENCIA POLICIAL
En los últimos mes, y con las próximas presidenciales como telón de fondo, se ha producido un aumento de la violencia y los problemas raciales que arrastra Estados Unidos, desde que el pasado 25 de mayo, George Floyd muriera asfixiado bajo la rodilla de un agente de la Policía de Minneapolis, desencadenando movilizaciones y protestas no sólo en todo el país, sino también en el todo el mundo.
El pasado mes, las calles de Louisville, en el estado de Kentucky, fueron escenario varios días consecutivos de protestas y movilizaciones para protestar contra la decisión judicial de dejar sin imputación a dos de los tres policías que participaron en el tiroteo que acabó con la vida de Breonna Taylor.
La joven médico de urgencias, de 25 años, murió tiroteada en su propia casa en marzo cuando tres policías vestidos de civil entraron en su domicilio, según las primeras pesquisas, por error, confundiendo a su novio con otra persona, quien pensando que eran intrusos, realizó un disparo de advertencia, desencadenando un tiroteo que acabo con la vida de ella.
Cientos de personas han sido detenidas desde entonces en todo el país por participar en las protestas contra la violencia policial y el racismo, después de que algunas de ellas derivasen en enfrentamientos con las autoridades.
En agosto, las protestas por la muerte de Jacob Blake, quien recibió siete disparos por la espalda frente a sus hijos por parte de un efectivo de la Policía de Wisconsin, desencadenaron una serie de disturbios en los que dos personas murieron tras ser disparados por un supremacista blanco de 17 años, sobre quien presentaron hasta seis cargos, entre ellos el de asesinato en primer grado.