Por KATHLEEN RONAYNE y ELLEN KNICKMEYER
Agencia AP
La declaración del candidato demócrata Joe Biden de que iniciaría una «transición» en Estados Unidos desde el petróleo hacia las fuentes de energía renovables no pasó inadvertida para el presidente Donald Trump, quien la vio como favorable a sus posibilidades de ganar estados cruciales.
«Sí, yo iniciaría una transición desde la industria del petróleo», dijo Biden en los últimos minutos del debate bajo una andanada de preguntas de Trump. «La industria petrolera contamina significativamente. Con el tiempo hay que reemplazarla por la energía renovable».
Según su plan de gobierno divulgado en campaña, Biden proyecta reducir las emisiones de gas de invernadero a cero para 2050. Adicionalmente, reiteró su promesa de poner fin a los subsidios federales a la industria del petróleo y el gas, pero su plan no proyecta prohibir los combustibles fósiles dañinos para el ambiente sino concentrarse en tecnologías capaces de captar la contaminación del petróleo y otras fuentes.
Con todo, la declaración de Biden pareció sorprender gratamente a Trump, quien la calificó de «declaración importante» y sugirió que tendría consecuencias políticas adversas en estados productores de petróleo que perderían empleos.
«En el fondo dice que va a destruir la industria petrolera», dijo Trump. «¿Lo recordarás, Texas? ¿Pensilvania? ¿Oklahoma? ¿Ohio?», preguntó.
Son cuatro estados que Trump ganó en 2016, pero Pensilvania es un estado particularmente crucial en este ciclo, donde los dos partidos han invertido tiempo y dinero. Ohio está en disputa y los demócratas ven incluso alguna posibilidad, aunque remota, de ganar Texas.
Después del debate, Biden dijo a la prensa que no «prohibirá» los combustibles fósiles y que tampoco iniciará la transición por «mucho tiempo».
Este intercambio se produjo cerca del final del debate, durante un segmento sobre el cambio climático. Biden dice que el país tiene la obligación moral de afrontar el cambio climático, mientras que Trump ha puesto en duda las bases científicas aceptadas del fenómeno. Según las encuestas, el calentamiento del país y el mundo preocupa a tres de cada cuatro estadounidenses.