Por GISELA SALOMON
MIAMI
agencia (AP)
América Latina está a un paso de Estados Unidos, pero en materia de política exterior no es una prioridad. Su proximidad, sin embargo, marca algunas de las pautas de la política nacional de inmigración y seguridad.
Y en materia de negocios, una buena parte de los países con los que Estados Unidos ha firmado acuerdos de libre comercio están en la región, entre ellos Colombia, Chile y México, que también es su principal aliado comercial en todo el mundo.
«Hay razones económicas por las que Latinoamérica es importante, hay razones de seguridad por las que Latinoamérica es importante y hay razones geopolíticas por las que Latinoamérica es importante», expresó a The Associated Press Jason Marczak, experto en temas de América Latina del Atlantic Council, un centro de estudios e investigación con sede en Washington.
Pero los lazos con la región también están relacionados con cuestiones internas: más de 60 millones de latinos viven en Estados Unidos y aunque muchos de ellos llevan décadas en este país también continúan en contacto con familiares que aún están en Latinoamérica.
Aún así, la región no ha sido un tema central en las campañas políticas del presidente republicano Donald Trump y del candidato demócrata Joe Biden.
Para algunos analistas, la pandemia ofrece a Estados Unidos una oportunidad para demostrar su interés en la región y contrarrestar la influencia china.
¿EN QUÉ SE FOCALIZARÁ LA POLÍTICA HACIA AMÉRICA LATINA? ¿CUÁLES SERÁN LAS PRIORIDADES?
Biden:
El demócrata tiene buenas relaciones con sectores de izquierda y derecha, por lo que no ve como un problema mantener un diálogo respetuoso con los diferentes gobiernos. Uno de los estrategas de la campaña de Biden dijo a AP que el tema migratorio va a ser «clave» y que trabajará con los países de Centroamérica y México para buscar estrategias de colaboración.
Trump:
La campaña de Trump dijo a AP en un correo electrónico que no podía revelar detalles de su política hacia Latinoamérica si el presidente obtiene un segundo término, pero aseguró que el mandatario ha demostrado su «histórico compromiso» con la región durante sus cuatro primeros años.
Manifestó, además, que ha mostrado liderazgo en la lucha contra las drogas, la defensa de los derechos humanos y políticas para contrarrestar los efectos negativos del COVID-19.
Pero más allá de temas generales, el nuevo gobierno de Estados Unidos tendrá que enfrentar asuntos particulares.
Aquí algunos de ellos:
CUBA
Biden:
El ex vicepresidente ha dicho que volverá a implementar al menos una parte de la política de acercamiento lanzada por el expresidente Barack Obama, como fomentar los vínculos familiares a uno y otro lado del estrecho de la Florida. Además, eliminará las restricciones a las remesas y viajes y visitas de cubanos-estadounidenses a la isla que restableció Trump.
Su campaña dice que volverá la presencia diplomática estadounidense en la isla y se acelerarán los trámites de visas de cubanos que quieran reunirse con familiares en Estados Unidos, aunque pondrá atención en la situación de los derechos humanos.
Trump:
Se jacta de haber dado marcha atrás con la «desastrosa» política de acercamiento hacia Cuba impulsada por Obama.
Durante su gobierno se dispusieron nuevamente restricciones a los viajes a la isla y se limitó el envío de remesas.
Las actividades consulares se redujeron al mínimo y se dispuso el regreso de gran parte del personal diplomático después de una serie de incidentes que enfermaron a los estadounidenses que trabajaban en la embajada en Cuba.
Lo que dicen los expertos:
Eric Farnsworth, experto de temas latinoamericanos en el Consejo de las Américas, y Marczak coincidieron en que Biden retomará el camino de Obama. El deseo de los demócratas, dijeron, es que haya más conexión con Cuba porque consideran que el aislamiento y el embargo económico no han conducido a la democracia ni al respeto de los derechos humanos.
También sostuvieron que no hay indicios de que Trump vaya a cambiar su política de mano dura con la isla.
VENEZUELA
Biden:
Apoya el uso de sanciones como parte de una estrategia más amplia porque considera que por sí solas no funcionan.
Ampliaría la asistencia humanitaria para que llegue a gran parte de la población y de quienes han huido a otros países e iría tras los corruptos y violadores de derechos humanos.
Incrementaría de la presión multilateral para que el gobierno se siente en una mesa de negociaciones con la oposición.
Trump:
La administración Trump señala entre sus éxitos en la región el desarrollo de una estrategia de «máxima presión» contra el gobierno de Venezuela que incluye una coalición de casi 60 países que han reconocido al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino.
Esa estrategia abarca sanciones económicas contra funcionarios y exfuncionarios venezolanos, acusaciones por narcotráfico y corrupción en cortes judiciales estadounidenses y recompensas millonarias por su captura, además de revocaciones de visados.
La campaña republicana destaca también la entrega de medicinas y alimentos a refugiados venezolanos y la asistencia con millones de dólares a países que los han recibido como Colombia y Brasil.
Lo que dicen los expertos:
Marczak y Farnsworth coincidieron en que Trump seguiría con la misma política de presión y sanciones contra Venezuela que ha implementado hasta ahora.
También sería posible que el republicano busque nuevas formas de ahorcamiento, pidiéndole a los países europeos y de América Latina que castiguen al gobierno de Nicolás Maduro e incluso a Rusia, China e Irán, que han colaborado con él y lo han ayudado a evadir las sanciones estadounidenses, consideró Farnsworth.
Sobre Biden, Farnsworth dijo que es posible que vuelva a alentar las negociaciones entre Maduro y la oposición venezolana porque considera que la actual política de sanciones no ha dado resultados. «Van a tratar algo diferente», sostuvo el experto. Para su colega, Marczak, con una presidencia demócrata habrá más foco en la cuestión humanitaria y en cortar las fuentes de financiamiento ilegal del gobierno de Maduro, además de las sanciones.
CENTROAMÉRICA
Biden:
La campaña demócrata ha dicho que Biden se focalizará en generar prosperidad y seguridad en la región para crear condiciones atractivas que eviten las migraciones. «Tiene que ser una estrategia mucho más comprensiva, que incluye no sólo la política doméstica migratoria», dijo un estratega de la campaña demócrata a AP.
Biden ha anunciado un plan de unos 4.000 millones de dólares para combatir la pobreza y la inseguridad en Centroamérica, a las que considera las causas de la migración hacia Estados Unidos.
El combate a la corrupción va a ser central y por ello va a incrementar los esfuerzos y recursos en la agencia antidrogas DEA, el Departamento de Justicia y en el Departamento del Tesoro para combatir la corrupción en Centroamérica.
Como herramientas se quitarán visas, congelarán bienes y acusará a personas involucradas en corrupción, lavado de dinero o relacionadas con grupos criminales. Se trabajará también con ministerios públicos de esos países, sus sistemas judiciales y la comunidad civil.
Biden se ha comprometido a avanzar en una reforma migratoria como una de sus prioridades. Además se prestará atención a nuevas tecnologías para detectar a los migrantes. Para Biden los muros no frenan la migración.
El ex vicepresidente ha dicho también que fortalecerá el sistema de asilo y habrá una suspensión temporal de al menos 100 días en las deportaciones mientras se revisan las medidas implementadas por el gobierno de Trump.
Prevé invertir y trabajar con los países centroamericanos y México para fortalecer sus sistemas de asilo, «para que ellos también puedan ser parte de la solución.»
Trump:
La campaña republicana no ofreció detalles sobre cómo sería su política hacia Centroamérica. Sólo mencionó como éxitos de Trump los acuerdos de cooperación migratorios con El Salvador, Guatemala y Honduras y dijo que han resultado en un 85% de disminución en la inmigración ilegal.
Lo que dicen los expertos:
Los expertos expresaron que tanto para Biden como para Trump el tema más importante en la región centroamericana será la migración, pero lo abordarán de diferente manera. Mientras Biden ofrecería ayuda y asistencia para crear condiciones en los países que eviten la salida de su población hacia Estados Unidos, Trump continuaría focalizándose en una política restrictiva.
MÉXICO
Biden:
Considera que México es un país de importancia estratégica para Estados Unidos, tanto en temas comerciales como de migración y para combatir la pandemia del nuevo coronavirus. Dice que buscará que las relaciones sean de respeto mutuo y colaboración.
Trump:
Un alto funcionario del gobierno que pidió no ser identificado siguiendo las políticas de la administración, dijo a AP que las relaciones con México «nunca han sido más fuertes» y que la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington este año pone de relieve los «históricos vínculos económicos y de seguridad» entre ambos países.
Destacó también la firma del nuevo tratado comercial con México y Canadá como un «logro histórico» para los trabajadores estadounidenses.
Lo que dicen los expertos:
Para Marczak, Trump seguirá instando a México a que se adapte a los intereses de Washington y frene el flujo de migrantes centroamericanos en su territorio. Farnsworth consideró que en una segunda presidencia el republicano continuaría focalizándose en los temas de inmigración, seguridad y comercio con México y en mantener buenas relaciones con López Obrador.
Con Biden el principal cambio estaría en los temas de inmigración. «Va a parar la construcción del muro y la retórica cambiará de inmediato», aseguró Farnsworth, a la vez que señaló que un enfoque de más intromisión del demócrata en temas laborales, de derechos humanos y democracia en la región podría crear rispideces con algunos países.
Entre los cambios que podrían venir, aseguró, está el de la política de asilo para que los inmigrantes ya no tengan que esperar en territorio mexicano hasta que sus casos sean atendidos en las cortes migratorias estadounidenses.
Marczak, por su parte, destacó que Biden abordaría con México el tema migratorio desde una perspectiva más amplia, atendiendo las razones por las que los mexicanos y centroamericanos salen de su país. Se focalizaría también en temas laborales.