Por KATHIA MARTÍNEZ
PANAMÁ
Agencia AP

Una comisión panameña advirtió que los trabajos para identificar una treintena de restos exhumados recientemente y que corresponden a víctimas de la invasión de Estados Unidos a Panamá de hace 30 años podrían paralizarse por falta de fondos.

«Nos encontramos en medio de un proceso de investigación que incluye fases de exhumación y de laboratorio… y en el horizonte quedamos sin recursos en el mes de noviembre, lo cual obligaría a la paralización de actividades y consecuentemente si no hay una respuesta al cierre de la comisión», dijo a The Associated Press el secretario ejecutivo de la Comisión 20 de Diciembre, José Luis Sosa.

El anhelo de conocer la verdad sobre las víctimas de la invasión que expulsó al dictador Manuel Antonio Noriega (1983-1989) ha sido un camino lleno de tropiezos y demoras pese a que es considerado importante para un país que no ha sanado las heridas, ni respondido a las demandas de decenas de familiares que desconocen el paradero de sus seres queridos fallecidos en esa acción del 20 de diciembre de 1989.

La comisión trabajó desde su creación hace cuatro años en la búsqueda de información sobre las víctimas y testimonios de familiares. Un tribunal superior autorizó posteriormente la apertura de catorce expedientes y con ello los permisos para las exhumaciones.

Los recursos destinados a esos trabajos se están agotando, mientras que el gobierno no ha aprobado las partidas que se requieren para darle continuidad en los próximos meses, según la comisión.

«No tiene ningún sentido tener abierta la comisión si no podemos utilizar sus funciones, es la situación que enfrentamos», apuntó Sosa.

La noticia de una posible paralización de los trabajos impactó a los familiares de las víctimas que han abrigado por años la esperanza de poder aclarar lo ocurrido con sus seres queridos y que vieron por fin una luz a comienzos de año cuando iniciaron las exhumaciones en un cementerio de la capital panameña.

«Esta es la tercera vez que sacan a mi papá de un hueco. Nosotros estamos desesperados, estoy en llanto porque no puedo creer que todo esto esté ocurriendo», dijo desde Estados Unidos a la AP Brenda Bethancourt, de 60 años, hija del teniente Braulio Bethancourt, quien se cuenta entre las víctimas castrenses panameñas fallecidas en la invasión. «Cada vez que nos estamos acercando al final siempre sale algo».

La familia Bethancourt afirma que se colocó erróneamente el nombre de su familiar en el ataúd de otra persona.

Los trabajos de la comisión se encuentran actualmente en un proceso de laboratorio que incluye radiografías, limpieza y extracción de ADN de los 33 restos recuperados en el cementerio Jardín de Paz. Estos luego deben ser comparados con las muestras de los familiares que han participado en las investigaciones.

La falta de recursos también hace peligrar los planes para exhumar otros restos enterrados en una fosa común en la caribeña provincia de Colón y que se cree corresponden a decenas de cuerpos sin identificar, según la comisión.

La comisión fue creada en el 2016 y en julio se le extendió el tiempo de vigencia por un año más. De acuerdo con cifras oficiales, 314 soldados y 200 civiles panameños fallecieron durante la invasión, mientras que por el lado estadounidense se contabilizó la baja de 23 soldados. Pero organismos de derechos humanos locales estiman que la cifra de muertos panameños fue mucho mayor.

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