MADRID/Europa Press
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado que nominará formalmente a la jueza Amy Coney Barrett como candidata a ocupar la vacante en el Tribunal Supremo dejada por la difunta jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, lo que abre un proceso de ratificación muy politizado en el Senado estadounidense, a pocas semanas de las elecciones del 3 de noviembre.
El proceso de ratificación depende ahora del Senado, donde el Partido Republicano de Trump cuenta con la mayoría suficiente para aprobar el nombramiento a pesar del rechazo manifestado ya públicamente por senadoras como Susan Collins y Lisa Murkowski, ambas republicanas.
Barret, de 48 años, es una jueza federal nacida en Indiana y conocida por sus opiniones católicas, conservadoras y antiabortistas. Su elección apuntalaría durante décadas una clara mayoría conservadora en el Supremo, órgano clave por su capacidad para interpretar leyes y derechos fundamentales. Los miembros del Supremo son cargos vitalicios.
En el último año de la presidencia de Barack Obama, el Senado, de mayoría republicana, bloqueó el nombramiento de un juez que ocupara la vacante surgida en el Tribunal Supremo tras la muerte del magistrado del Supremo Antonin Scalia por ser año electoral.
Sin embargo, este año, los senadores republicanos parecen dispuestos a confirmar al nominado por Trump antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, pese al anunciado rechazo demócrata.
La propia Ginsburg dijo a su nieta antes de morir que su último deseo era no ser reemplazada hasta que tomara posesión como presidente el candidato ganador de las elecciones.
"I want to acknowledge you, my fellow Americans.
The President has nominated me to serve on the United States Supreme Court, and that institution belongs to all of us." pic.twitter.com/A67XAoUnAR
— The White House (@WhiteHouse) September 26, 2020
Barret se uniría a Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh como la tercera jueza del Supremo nombrada por Donald Trump en su primer mandato, una cifra inusualmente alta en solo cuatro años.
Trump nombró jueza del 7º Circuito del Apelaciones con sede en Chicago hace apenas tres años. Antes fue durante 15 años profesora de Derecho la Universidad de Notre Dame y ejerció como ayudante del juez el Supremo Antonin Scalia, de gran prestigio entre los conservadores.
Barret tiene posiciones marcadamente conservadoras en cuestiones como el aborto o la política de seguros sanitarios. De ser elegida, será la integrante del Supremo más joven.