Por ANGELA CHARLTON
PARÍS
Agencia AP
Un grupo de sobrevivientes de COVID-19 y familiares de enfermos del virus demandaron al primer ministro francés Jean Castex, acusándolo de una gestión potencialmente peligrosa y contradictoria de la crisis de salud, mientras las infecciones se han multiplicado en las últimas semanas.
Castex y el gobierno han presionado para reabrir la economía y «aprender a vivir con el virus», negándose a imponer nuevos cierres a nivel nacional mientras los hospitales en algunas regiones francesas comienzan a llenarse nuevamente de pacientes con coronavirus.
El abogado Fabrice Di Vizio dijo que presentó la demanda hoy, a nombre del grupo de víctimas del coronavirus de Francia en el Tribunal de Justicia de la República, una Corte especial para enjuiciar a los ministros del gobierno. El primer ministro está acusado de no «luchar contra un desastre que pueda crear un peligro para la seguridad pública».
Se han presentado decenas de demandas en otros tribunales franceses contra hogares de ancianos u otros acusados de manejar inapropiadamente la crisis de salud. El presidente Emmanuel Macron no puede ser objeto de demandas por ahora porque bajo la ley francesa los mandatarios en ejercicio tienen inmunidad.
El grupo de víctimas cuestiona por qué Francia aún no ha autorizado las pruebas rápidas de saliva, en lugar de insistir en las pruebas nasales, que pueden tardar días en dar resultados debido a los atrasos en los saturados laboratorios franceses. El gobierno argumenta que las pruebas de saliva no son lo suficientemente confiables, aunque están disponibles en algunos otros países y dice que en los próximos días estará disponible una prueba nasal más rápida.
El grupo de pacientes también cuestiona por qué el gobierno ordenó usar cubrebocas al aire libre durante el verano, pero no los exigió dentro de las oficinas hasta el 1 de septiembre. Los científicos dicen que el riesgo de propagación del virus es mayor en interiores.
Si el tribunal decide procesar el caso, Castex podría enfrentar hasta dos años de prisión y una multa de 30.000 euros (35.000 dólares) si es declarado culpable.
Más de 30.600 personas han muerto en Francia por COVID-19, incluidas más de 10.000 en hogares de ancianos. El país reporta actualmente más de 70 casos positivos por cada 100.000 habitantes, una de las tasas más altas del mundo, en parte gracias al aumento de las pruebas diagnósticas. Las hospitalizaciones también han aumentado en las últimas semanas.