Por DANICA KIRKA
LONDRES
Agencia AP
El gobierno británico planea racionar las pruebas de COVID-19 y dará prioridad a los trabajadores de la salud y al personal de los hogares de ancianos luego de informes generalizados de que gente en todo el país no pudo tener acceso a los diagnósticos.
El primer ministro Boris Johnson enfrentará preguntas en la Cámara de los Comunes y ante un comité clave sobre cómo respondido a la pandemia y mientras hay protestas por la escasez de pruebas.
El secretario de Justicia, Robert Buckland, dijo que el gobierno está en proceso de elaborar una nueva lista de prioridades para las pruebas, lo que sugiere que los estudiantes y sus familias podrían ser los siguientes en la fila después del Servicio Nacional de Salud y la atención social.
La limitación de tests se produce en medio de un aumento en los casos de COVID-19 en el Reino Unido que ha llevado las nuevas infecciones diarias a niveles no vistos desde fines de mayo.
Las pruebas generalizadas se consideran cruciales para controlar la propagación del coronavirus porque permiten que las personas infectadas se aíslen por sí mismas y, al mismo tiempo, ayudan a los funcionarios de salud a identificar focos de infección y rastrear a enfermos.
El secretario de Salud, Matt Hancock, dijo a la Cámara de los Comunes el martes que puede llevar semanas solucionar los problemas.
La Asociación de Líderes Escolares y Universitarios advirtió que el sistema educativo podría empeorar a medida que surgen más casos. Mantener las escuelas abiertas se volverá «insostenible» si no se solucionan los problemas con la capacidad de pruebas, señaló Geoff Barton, secretario general del grupo.
«Los maestros deben contar como trabajadores clave para que ese maestro de matemáticas pueda estar frente a 30 jóvenes si su prueba es negativa», dijo Barton a la BBC.