Por KATHLEEN RONAYNE y JONATHAN LEMIRE
Agencia AP
En la elección de 2016, el candidato Donald Trump apenas aludió al candidato vicepresidencial demócrata Tim Kaine, pero cuatro años después, el presidente apunta buena parte de su artillería contra Kamala Harris.
Trump dijo esta semana que «nadie la quiere», aplicando un patrón de simpatía que se aplica mucho más a las mujeres en posiciones de liderazgo que a los hombres.
Dijo a los votantes en Carolina del Norte que sería «un insulto a nuestro país» si Harris fuera la primera presidenta. Adicionalmente, Trump y sus aliados se empeñan en pronunciar mal el nombre de Harris, lo que según sus partidarios constituye un esfuerzo deliberado para retratar a la hija de inmigrantes como alguien indigno de aparecer en la primera fila de la política.
Trump apunta contra Harris porque tiene problemas para montar un ataque coherente contra el candidato presidencial Joe Biden, que tiene fama de lograr acuerdos entre los partidos más que de ideólogo progresista. Adicionalmente, el racismo y sexismo que sustentan la crítica de Trump a la primera mujer negra y de ascendencia asiática en la fórmula presidencial de uno de los partidos tradicionales forman parte de una estrategia agresiva para ganar votos en la clase media blanca.
Por su parte, Harris ha criticado duramente a Trump, pero concentrándose en su desempeño como presidente. En un acto de campaña en Miami el jueves, dijo que Trump era «irresponsable» por minimizar los efectos del coronavirus al tiempo que en privado lo llamó una «cosa letal».
Tim Murtaugh, director de comunicaciones de la campaña de Trump, declaró que Biden, no Harris, sería el blanco principal, pero repitió el argumento que Harris era una de las fuerzas extremistas que manejan al candidato.
«Kamala Harris y su trayectoria de votos (en el Senado) ayudan a fundamentar los argumentos contra Joe Biden», dijo Murtaugh.
Esa estrategia podría traerle riesgos a Trump. Los votantes negros apoyan abrumadoramente a Biden y una crítica sostenida contra Harris podría alimentar su entusiasmo para concurrir a las urnas en noviembre e inclinar el resultado en estados cruciales como Carolina del Norte, Florida, Pensilvania y Michigan. Una vocera de Harris se excusó de responder a los ataques más recientes de Trump.
También es inusual que un presidente ataque al acompañante de fórmula de su oponente.
Pero lo fundamental es que el intento de caracterizar a Harris como una extremista de izquierda no coincide con su trayectoria.
Ciertos elementos de la izquierda progresista jamás han simpatizado con Harris debido a su trayectoria como fiscal y secretaria de Justicia de California. Cuando Biden la incorporó a su boleta en agosto, los republicanos la calificaron a la vez de fiscal rabiosa que trataba de ocultar su pasado de lucha contra el delito y a la vez de persona excesivamente indulgente con los delincuentes.
Al igual que Biden, Harris ha expresado posiciones relativamente moderadas en asuntos como el seguro de salud y el accionar policial. Fue una patrocinadora del proyecto del senador Bernie Sanders de extender el seguro Medicare a todos, lo que según la campaña de Trump es la prueba de sus tendencias izquierdistas, pero luego moderó su posición.
Y a falta de un mensaje claro, Trump ha recurrido a su táctica habitual de ataques sexistas y racistas.
«¿Saben quién está a la izquierda del Loco Bernie? Kamala, Kamala, Kamala», dijo Trump en un acto en Carolina del Norte, estirando cada sílaba de su nombre.
Contra sus oponentes femeninas, sobre todo las mujeres de color, Trump ha utilizado términos denigrantes, poniendo en duda su patriotismo o llamándolas «viles» o «furiosas».
Criticó la «vileza» de Harris en su interrogatorio del juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh durante las audiencias de confirmación.
Al elevar y tratar de definir a Harris, la campaña de Trump trata de cambiar la visión que tienen los votantes de Biden, dijo Christopher Davie, profesor de ciencias políticas y autor de un libro sobre los candidatos a la vicepresidencia.
«Evidentemente (Trump) cree que no puede demonizar a Joe Biden de manera eficaz», dijo Devine. «Por eso tienen ese argumento de que él será un caballo de Troya, un vehículo para que los elementos de extrema izquierda ocupen todo y tratan de introducir a Kamala Harris en ese papel».