ROMA
Agencia DPA/Europa Press
El Papa Francisco ha clamado hoy contra las políticas que penalizan a las organizaciones que realizan rescates en el mar: «No podemos aceptar que quien busca esperanza por el mar, muera sin ayuda».
Francisco ha hecho estas consideraciones un día después del incendio que ha devastado el campamento de refugiados de Moria en la isla e Lesbos (Grecia). El Pontífice ha hecho hincapié en que si bien el escenario de la migración es «complejo» y presenta «situaciones dramáticas», el desafío de su gestión es algo que «interpela a todos» los ciudadanos.
«Nadie puede permanecer indiferente ante las tragedias humanas que continúan constatándose en diversas regiones del mundo», ha señalado. Así ha dirigido su mirada a la región del Mediterráneo, donde la Organización Internacional de Migraciones estima que cerca de 3.000 personas mueren cada año intentando alcanzar las costas europeas.
Si bien ha reconocido que el proceso para llevar a cabo una acogida e integración con dignidad «no es fácil», ha afirmado que es «impensable» afrontar esta realidad «construyendo muros».
De este modo, también ha llamado la atención sobre la narrativa que se genera alrededor del fenómeno migratorio y ha impulsado historias que pongan en el centro «a las personas, los rostros, las historias».
Por eso ha instado a promover un «nuevo humanismo» que se derive en la práctica no solo como una «filosofía de vida» o un signo de «espiritualidad», sino como un «estilo de comportarse».
A FAVOR DE LA INTEGRACIÓN
Por otro lado, ha lamentado que la respuesta de la comunidad internacional ante el fenómeno migratorio sea el uso recurrente de «operaciones militares» mientras que ha reclamado más lugares para promover la integración, así como proyectos que pongan en valor la solidaridad internacional.
«La comunidad internacional ha detenido su respuesta en las operaciones militares, cuando debería construir instituciones que garanticen iguales oportunidades además de lugares donde los ciudadanos tengan la posibilidad de hacerse cargo del bien común», ha señalado el Papa.
El discurso de este jueves se ha dirigido a los miembros del proyecto Snapshots from the Borders, una iniciativa financiada por la Unión Europea que busca que el 3 de octubre sea nombrado Día Europeo de la Memoria y la Acogida, en recuerdo al naufragio de 2013 en Lampedusa de una embarcación en la que iban a bordo 500 personas, y en la que murieron 368.
Entre los asistentes a los que ha recibido en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, se encontraba el alcalde de la isla siciliana de Lampedusa, Salvatore Martello.