Por ALEXANDRA JAFFE y DAVID EGGERT
LANSING, Michigan, EE. UU.
Agencia AP

En 2016, Donald Trump derribó la «pared azul» demócrata, ganando la Casa Blanca con victorias inesperadas en Michigan, Pennsylvania y Wisconsin.

Este año, Joe Biden está tratando de reconstruir ese muro.

Los primeros viajes de campaña del candidato presidencial demócrata fuera de su base en Delaware en la era de la pandemia le están llevando a los tres estados, un indicio de lo estrechamente conectados que están los prospectos electorales de Biden a su capacidad para recuperarlos.

La semana pasada, el exvicepresidente viajó a Wisconsin y fue seguido rápidamente por su compañera de fórmula Kamala Harris, quien realizó sus propios eventos allí el Día del Trabajo.

Aunque la campaña de Biden a menudo enfatiza que ve varias formas para ganar los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ganar en noviembre, el sendero más rápido pasa por Michigan, Pennsylvania y Wisconsin.

«Si Biden gana cualquiera de ellos —pero particularmente dos, con algunos de los otros estados en disputa— es sumamente imposible para Trump ganar el Colegio Electoral», dijo el veterano estratega demócrata Joe Trippi. «Tiene un tremendo sentido hacer de esos tres estados la base de cualquier estrategia para ganar. Si Biden gana los tres, se acabó».

Los colaboradores del candidato demócrata piensan que su enfoque en la economía y la forma como Trump ha respondido a la pandemia van a resonar con votantes claves, pero especialmente en Michigan, que sufrió uno de los golpes más severos por el coronavirus.

La tasa de desempleo en el estado subió a 24% en abril, de acuerdo con el Buró de Estadísticas Laborales, y desde entonces se ha recuperado a 8,7%, pero Michigan tiene casi 414.500 menos empleos que los que tenía cuando Trump asumió la Presidencia.

Los partidarios de Trump dicen que éste ha cumplido su promesa de crear empleos y fue desviado temporalmente por la pandemia. Pero los números muestran que las contrataciones en fábricas en el centro del país —incluyendo Michigan, Ohio y Wisconsin— comenzaron a estancarse y luego a declinar en el verano de 2019. La campaña de Biden ve en eso una oportunidad para argumentar que, incluso antes de la pandemia, el Presidente les falló a algunos de sus partidarios más leales en el sector obrero.

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