Por LIZ SZABO Kaiser Health News
Agencia AP
Millones de estadounidenses esperan la llegada de una vacuna contra el COVID-19 que ponga fin a la pandemia del coronavirus y despeje el camino para que la vida se normalice.
Hay varias posibilidades de que haya una vacuna hacia fin de año o principios del 2021, lo que no está claro es cómo harán los servicios de salud para vacunar a 330 millones de personas.
«No hay mucha información acerca de cómo va a funcionar esto», dijo Umair Shah, director ejecutivo del departamento de salud pública de Harris, Texas, que incluye a Houston.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades pidieron a los departamentos de salud que tengan preparados planes de vacunación para el 1ro de octubre.
Pero los servicios sanitarios están cortos de fondos desde hace décadas y dicen que no tienen el personal, el dinero ni las herramientas para educar a la población acerca de las vacunas y luego distribuirlas, vacunar y seguir los progresos de cientos de millones de dosis. Nadie sabe cuándo, ni si recibirá ayuda del gobierno con ese fin.
Decenas de médicos, enfermeras y funcionarios del campo de la salud entrevistados por KHN y la Associated Press expresaron preocupación respecto a la perspectiva de tener que hacer vacunaciones masivas y frustración con los mensajes cruzados que reciben del gobierno nacional.
Se debe decidir cómo se hace para llevar la cuenta de quiénes han sido vacunados, con qué dosis y cómo se velará por la seguridad del personal que da las vacunas, con suficiente equipo protector y jeringas.
Solo la mitad de los estadounidenses dicen que se harán vacunar, según una encuesta de AP-NORC Center for Public Affairs Research, por lo que será vital educar a la gente acerca de los beneficios de una vacuna, de acuerdo con Molly Howell, directora del programa de inmunización del Departamento de Salud de Dakota del Norte.
Estados Unidos se ha comprometido a invertir más de 10.000 millones de dólares en vacunas contra el nuevo coronavirus, pero no ha asignado por ahora dinero para la distribución y la aplicación de las vacunas.
Si bien los gobiernos estatales y municipales están recibiendo miles de millones de dólares en ayuda, ese dinero no está destinado a la distribución de vacunas.
Una investigación en marcha de KHN y de la AP revela que los servicios sanitarios estatales y municipales carecen de los fondos necesarios desde hace décadas y no tienen los recursos adecuados para hacer frente a la pandemia del coronavirus. Comprobó que los fondos de ayuda del gobierno tardan en llegar y que algunas comunidades han tenido que suspender servicios básicos.
Se permite a los estados usar parte del dinero federal recibido para prepararse para las inmunizaciones. Pero la AP y KHN descubrieron que algunos departamentos de salud están tan abrumados por los costos de la pandemia que no pueden reservar dinero para las vacunaciones. Para aplicar las vacunas será necesario contratar personal y sistemas que lleven la cuenta de las vacunaciones. También habrá que comprar equipo protector y conseguir depósitos y heladeras.
El condado de Pima, en Arizona, por ejemplo, dice que ya tiene un déficit de al menos 30 millones de dólares en la lucha contra la pandemia, sin que esto incluya planes para las vacunaciones, según el subadministrador Francisco García, quien es además su director médico.
Por más que las autoridades de salud pública digan que necesitan ayuda, el Congreso entró en su receso del verano sin aprobar un nuevo proyecto de asistencia que incluya dinero para los programas de vacunación.
Los estados no pueden usar los recursos a su disposición para encarar la campaña de vacunaciones más grande de la historia, según la doctora Kelly Moore, de la Immunization Action Coalition, una organización nacional enfocada en las vacunas.
La magnitud de lo que se viene es otro factor a tomar en cuenta. El invierno pasado se distribuyeron 175 millones de vacunas contra la influenza, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Para que se logre la inmunidad del rebaño, dicen la mayoría de los expertos, habrá que vacunar al 70% de la población, unos 200 millones de personas. Y las primeras vacunas requerirán dos dosis, o sea, 400 millones de inyecciones.
Los expertos pronostican que muchos departamentos de salud se las verán en figurillas para llevar la cuenta de quiénes fueron vacunados y cuándo porque están en la edad de piedra en el campo tecnológico como consecuencia de la falta de recursos.
Moore, quien fue directora médica del programa de inmunización de Tennessee durante la pandemia de influenza H1N1, dijo que la gente deberá recibir una segunda vacuna contra el COVID-19 entre 21 y 28 días después de la primera, lo que implica que habrá que recordarle que debe recibir la segunda dosis. También habrá que asegurarse de que la segunda dosis es la misma que la primera.
La especialista pronostica que muchos estados tendrán problemas para manejar la logística de las vacunas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades están trabajando en una aplicación llamada Sistema de Monitoreo de la Administración de Vacunas para los departamentos de salud que no tienen bancos de datos al día, según Claire Hannan, directora ejecutiva de la Asociación de Gerentes de Inmunizaciones.
Mientras tanto, los servicios de salud se manejan con registros de vacunas que a veces datan de fines de la década de 1980.