Por EVA VERGARA
SANTIAGO DE CHILE
Agencia AP

Centenares de comerciantes ambulantes se aglomeraron ayer, frente a los centros comerciales en dos céntricas comunas de la capital chilena que reabrieron sus tiendas luego de que las autoridades suavizaron una cuarentena que se prolongó por meses.

En las comunas de Santiago y Estación Central, que estuvieron confinadas cinco y tres meses, respectivamente, los comercios levantaron sus cortinas con medidas sanitarias como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico, aunque esta última no se respetó.

«Claramente aquí la estupidez humana ha sido superior», dijo muy molesto el alcalde de la comuna de Santiago, Felipe Alessandri.

Chile lleva poco más de dos meses con una disminución en los nuevos casos de COVID-19 -aunque a diario suma en promedio unos 2.000 infectados- y una menor positividad en las pruebas que detectan el virus -un 6,15% el fin de semana, el más bajo desde abril- lo que llevó al gobierno a relajar las cuarentas desde fines de julio en zonas elegidas de la capital y en regiones de sur del país. De las 38 comunas del gran Santiago, sólo 16 están sin cuarentena de lunes y viernes.

Los dueños de algunos pequeños comercios del centro santiaguino sacaron con dificultad los candados de sus cortinas metálicas: se habían oxidado.

Centenares de comerciantes ambulantes se agolparon en las afueras y en el interior de una galería comercial para comprar en una tienda que vende productos chinos. La dueña del local dijo a la prensa que repartió por Facebook 140 números de atención, pero llegaron muchos más. El llamado «mall chino» arriesga una multa de hasta 62.000 dólares.

Fue tal el caos que la autoridad sanitaria clausuró por una semana el centro comercial, donde de 70 tiendas, sólo atendían dos. «Necesitamos vender», gritaban los comerciantes al gobernador de la ciudad, Felipe Guevara.

«Si los espacios de libertad no se usan con responsabilidad… se pierden», dijo Guevara.

También se vieron largas filas de personas ante tiendas por departamento, en las oficinas que pagan los seguros de cesantía y en una Administradora de Fondos de Pensiones (AFP). Las AFP están pagando el 10% de los fondos de jubilación retirados por cerca de 10 millones de cotizantes. La mayoría lo gestionó en línea, pero centenares de miles lo hicieron en forma presencial, principalmente migrantes.

En las comunas de Santiago y Estación Central viven unas 500.000 personas, pero tienen una población flotante que, en tiempos sin pandemia, llegaba a cuatro millones de personas diarias.

La llamada «Tía rica» o Caja de Crédito Prendario, que presta dinero a cambio de una prenda, especialmente joyas, atendía a 400 personas a las que les dio cita previa. La mayoría dijo que iba a retirar su prenda aprovechando que retiraron dinero de las AFP.

Las personas que viven en comunas con cuarentena vigente no deben desplazarte hacia barriadas que aflojaron el confinamiento. La subsecretaria de Salud, Paula Daza, advirtió que «se va a sancionar a aquellas personas que están viniendo a comunas en transición y no tienen permiso para hacerlo».

Médicos y expertos temen que en las próximas semanas suba el número de nuevos contagiados, como ya se observa en otras dos comunas desconfinadas en Santiago.

Chile sumó el lunes 1.550 contagiados, elevando el total a 387.502, y se registraron 61 muertos, sumando 10.513 fallecidos.

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