Por SARAH EL DEEB y SYLVIE CORBET
BEIRUT
Agencia AP

Líderes mundiales y organizaciones internacionales se comprometieron a destinar casi 300 millones de dólares en ayuda humanitaria de emergencia a Beirut tras una devastadora explosión, pero advirtieron que el dinero para la reconstrucción de la capital no estará disponible hasta que las autoridades libanesas se comprometan a promulgar las reformas políticas y económicas que exige el pueblo.

Más de 30 de los participantes en la conferencia internacional del domingo ofrecieron ayuda en una investigación «creíble e independiente» del estallido del 4 de agosto en Beirut, otra de las demandas cruciales de los manifestantes libaneses que han ocuparon las calles del país durante el fin de semana.

En Beirut, dos ministros del gabinete libanés, incluyendo un alto asesor del premier, presentaron su renuncia en medio de indicios de que el asediado gobierno podría estarse desmoronando tras el devastador estallido en la capital. La explosión dejó más de 160 muertos y más de 6.000 heridos, llevando la indignación pública a nuevos niveles.

A la renuncia de la ministra de Información Manal Abdel-Samad, en la que citó la incapacidad de cumplir con las aspiraciones del pueblo y la explosión de la semana pasada, le siguieron diversos reportes de que otros funcionarios también dejarían el cargo.

La noche del domingo, el ministro de Medio Ambiente Demanios Kattar presentó su renuncia, señalando que el sistema gobernante es «flácido y estéril».

Kattar dejó el cargo a pesar de que sostuvo varios encuentros privados durante toda la tarde y de intercambiar llamadas con el ministro Hassan Diab y varios funcionarios tras el anuncio de Abdel-Samad. El forcejeo político parece haber puesto pausa a la mayoría de las renuncias, y se programó una reunión de gabinete para el lunes.

En caso de que renuncien siete de los 20 ministros, el gabinete completo tendría que dimitir y permanecer como gobierno provisional.

Maha Yahya, directora del Carnegie Middle East Center, con sede en Beirut, dijo que las discusiones claramente resaltan los acuerdos concretados con la idea de conformar un nuevo gobierno que sea aceptable para las potencias locales e internacionales, y satisfaga a la molesta ciudadanía.

El gobierno actual «realmente ha sido un fracaso», declaró, incapaz de crear reforma alguna o mostrar independencia en una ambiente político sumamente divisivo. «Incluso los ministros están huyendo del barco hundido».

En tanto, otros cuatro legisladores anunciaron el domingo que renunciaban al parlamento de 128 escaños, uniéndose a otros cuatro que dimitieron previamente. El Parlamento también sesionará hacia finales de la semana.

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