MADRID
Agencia DPA/Europa Press
Dos expertos de Naciones Unidas han instado a las autoridades turcas a que mantengan la antigua basílica de Santa Sofía, reconvertida en mezquita por el Gobierno del país, como un espacio de encuentro entre culturas que «refleje la diversidad y la complejidad de Turquía y su historia».
«Sería un error histórico que en este momento de dificultad global se tomen acciones que dividan a grupos religiosos y culturales en Turquía y más allá, en vez de unirlos», han sostenido la relatora especial para los derechos culturales Karima Bennoune y el relator especial sobre la libertad de religión y creencias Ahmed Shaheed.
En este contexto, los expertos han expresado su «preocupación» de que la decisión del Gobierno de Turquía pueda cambiar el estatus del edificio y que su «implementación apresurada» pueda violar las obligaciones que contrajo el país con la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO, de 1972.
«Compartimos la preocupación de la UNESCO porque la transformación de un lugar de valor universal excepcional requiere una notificación previa y consulta con todos los interesados para garantizar que se respeten los Derechos Humanos de todos», han explicado, remarcando que Santa Sofía es el lugar turístico más visitado de Turquía y que se trata de un monumento de «importancia mundial».
Por otra parte, Bennoune y Shaheed han aludido a la importancia de la conservación del monumento, después de que hayan surgido informaciones contradictorias sobre las medidas implementadas en este sentido.
«Instamos al Gobierno de Turquía a que aclare los arreglos y garantice que los expertos en patrimonio cultural continúen siendo responsables de la conservación de este monumento. Los estándares internacionales y técnicos deben respetarse plenamente», han señalado.
«CONQUISTA» Y «VISIÓN SUPREMACISTA»
Por otro lado, ambos expertos han aludido al lenguaje utilizado por el Gobierno de Turquía para referirse a la reconversión de Santa Sofía, destacando que denota el concepto de «conquista» y han puesto el foco también en que, durante el servicio de oración celebrado para marcar el cambio de estatus de la basílica, el jefe de la Agencia Estatal de Asuntos Religiosos exhibió una espada. A la ceremonia acudió el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
«A la luz de estos acontecimientos, los expertos temen que el cambio de estatus de Santa Sofía hacia un lugar monolítico puedan reflejar una visión supremacista de la historia», han criticado.
Por último, han pedido tolerancia en general, con la esperanza de que la oposición a la designación de Santa Sofía como mezquita en otras partes del mundo refleje los valores universales y la no discriminación, en vez de ofrecer una visión monolítica competitiva que fomenta el odio contra los musulmanes.
«Es esencial abstenerse de instrumentalizar el patrimonio cultural y, en cambio, comprometerse con el patrimonio en su diversidad, de tal manera que permita que los derechos culturales prosperen para todos», han zanjado.