Por Marcela Castillo
Un hombre armado ha secuestrado un autobús con 20 personas en Lutsk, una ciudad al noreste de Ucrania. Según algunos agentes de la policía, “el delincuente contaba con un arma automática, dos bombas y una granada”.
El cuerpo policial de Ucrania mantuvo rodeada la plaza del teatro de Lutsk para evitar que el delincuente se diera a la fuga. El hombre ha sido identificado como Maxim Krivosh, un expresidiario que estuvo 10 años en prisión por fraude, robo y extorsión.
La agencia de noticias Ukrinform ha reportado que, desde el inicio, el hombre exigía una serie de condiciones para liberar a los pasajeros. Posteriormente reveló a uno de los agentes la existencia de otro explosivo escondido “en otro lugar lleno de gente”.
Los agentes evacuaron a todas las personas de la zona en búsqueda del supuesto explosivo que indicó Krivosh. Finalmente, dos artefactos fueron desactivados.
El jefe del Departamento de Policía Nacional ha establecido que puede haberse tratado de un ‘acto antisistema’. Un periódico ucraniano ha reenviado algunas publicaciones en la cuenta de Twitter de Krivosh, en las que se observa claramente su “descontento con el sistema de Ucrania”.
Algunas de las teorías apuntan a la Unión Ucraniana de Veteranos de la Operación Antiterrorista (ATO), formada por paramilitares de la antigua república soviética que se dedican a controlar la región del Donbass y luchar contra los insurgentes del este del país.
Los primeros tres rehenes en salir del autobús fueron un menor de edad, una joven embarazada y una mujer mayor. Luego de 12 horas, el secuestrador ha sido detenido tras haber negociado con las autoridades y el resto de los rehenes fueron liberados ilesos.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, aseguró a los medios de comunicación que la situación estuvo bajo su control en todo momento.