Por PAOLA FLORES
LA PAZ, Bolivia
Agencia AP

Maestros y padres de estudiante del área rural de Bolivia marcharon en contra de la educación virtual —aprobada por el gobierno interino de Jeanine Áñez— al considerar que es discriminatoria porque no incluye a la gente de escasos recursos en pleno ascenso de contagios del nuevo coronavirus.

Los maestros volvieron a la calle con una protesta masiva en rechazo a la educación virtual y al nuevo calendario que se dispuso el martes el Ministerio de Educación, el cual establece concluir el año escolar el 22 de diciembre con clases por internet.

Los manifestantes aseguraron que la medida va en contra de los niños que viven en áreas rurales donde el Internet es lento, caro y al cual les es difícil acceder por la falta de computadoras. Además, hay lugares lejanos donde incluso no tienen acceso a la electricidad, dijo una madre de familia.

«Ellos no quieren educación virtual mientras el Internet no llegue hasta en el último lugar del país, eso significa que sigamos paralizados. Nuestra posición es que empecemos con lo que tenemos y vayamos progresivamente mejorando», dijo el ministro de Educación, Victor Hugo Cárdenas. Aseguró que la orden viene del expresidente Evo Morales, desde Argentina, para «incrementar los contagios y muertes por el COVID-19».

La marcha obligó a cerrar el tráfico en el centro de La Paz. Los profesores también demandan la renuncia de Cárdenas y han propuesto retornar a clases presenciales cuando descienda el pico de la pandemia en septiembre u octubre.

El 6 de junio, el gobierno dispuso la medida para evitar el contagio en los estudiantes. En marzo se suspendieron las clases presenciales.

El Ministerio de Salud reportó en su último informe 41,545 contagios y 1,530 decesos. Las regiones de Santa Cruz, La Paz, Beni y Cochabamba son las más afectadas.

En Santa Cruz, la región más castigada, los trabajadores en salud se declararon en huelga de hambre solicitando que se les dé implementos de bioseguridad y que se les haga pruebas. Al menos 50% del personal de los hospitales se ha infectado

Mientras, en Cochabamba —al centro de Bolivia, la zona más crítica por el colapso de los servicios funerarios— se repiten las historias de familias que esperan son los ataúdes de los fallecidos por días para sepultarlos mientras otros están falleciendo en las calles.

Por otra parte, en la cárcel de San Pedro, al centro de La Paz, desde el fin de semana murieron siete internos, de los cuales se sospecha que se contagiaron de la enfermedad, pero aún esperan los resultados de la prueba.

En tanto, las campañas de brigadas médicas casa por casa se refuerzan en el país para la detección de la enfermedad.

Por su lado, Áñez anunció que se hará un plan de ayuda para mitigar el impacto de la pandemia en los pueblos indígenas de Bolivia con la ayuda de alimentos, medicamentos, equipos, pero también impulsará oportunidades económicas y de trabajo, sin mencionar montos de dinero.

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