Por TERRY TANG, KEN MORITSUGU y LISA MARIE PANE
PHOENIX
Agencia (AP)

Luego de que el coronavirus volvió a propagarse en China esta semana, el país respondió cancelando vuelos y suspendiendo la reanudación de actividades, y describió la situación como «extremadamente grave». Mientras tanto en Estados Unidos, donde los casos de COVID-19 siguen aumentando, las autoridades locales se han negado a exigir que la gente porte mascarillas.

Las autoridades locales de Estados Unidos, que tiene la mayor cantidad de casos y muertes que cualquier otro país, están batallando para equilibrar las exigencias de derechos constitucionales y libertad personal con las advertencias de las autoridades de sanidad acerca de que ser laxos tendrá consecuencias mortales.

China respondió a un nuevo brote en Beijing con la cancelación de más del 60% de sus vuelos hacia la capital, la suspensión de clases y reforzando los requerimientos de distanciamiento social. Fue un marcado retroceso para la nación que en marzo había clamado victoria sobre el COVID-19.

«Esto realmente ha hecho sonar la alarma para nosotros», dijo el secretario del Partido Comunista, Cai Qi, durante una reunión del Comité Permanente.

China adoptó las medidas por 137 casos nuevos, una fracción de la cifra que algunos estados de Estados Unidos registran a diario. En Arizona, más de 1.100 personas acudieron tan sólo el martes a las salas de emergencia debido a casos positivos o sospechosos. A Alabama se le está agotando el espacio en los hospitales, lo que ha suscitado un acalorado debate sobre el uso obligatorio de las mascarillas. Otros estados que tampoco han impuesto el uso obligatorio de cubrebocas, como Texas y Florida, están registrando un aumento en las infecciones.

Como el uso de mascarillas se está convirtiendo en un símbolo político, el candidato presidencial demócrata Joe Biden ha censurado la actitud del presidente Donald Trump hacia la pandemia.

«Donald Trump quiere presentarse como un presidente en tiempos de guerra. A diferencia de cualquier otro gobernante en tiempos de guerra, él no asume responsabilidades, no ejerce liderazgo, y ahora simplemente se ha rendido totalmente en la pelea», declaró Biden.
Centenares de profesionales de la salud firmaron una carta en la que exhortaron al gobernador de Arizona, Doug Ducey, a que haga que el uso de mascarilla sea obligatorio. Ante la creciente presión para que actúe conforme aumentan los casos, el republicano dijo que las ciudades tienen libertad para ordenar su uso.

Ducey, que ser retiró su mascarilla antes de hablar con los periodistas, dijo que en todo el estado había tasas de infección muy distintas.

«Para algunas cosas, una disposición estatal o decreto ejecutivo funciona muy bien», afirmó. «Si uno tiene a 12 o 13 condados que reciben una orden ejecutiva y dicen ‘no la acepto’… es una orden ejecutiva contraproducente».

Ducey atribuyó el aumento de casos en Arizona al incremento en la realización de pruebas. La entidad ha estado haciendo más tests, lo que puede derivar en la detección de más casos, pero los expertos en salud afirman que una mejor manera de ver si está aumentando el número de personas infectadas es observar el porcentaje de pruebas que den positivo. Cuando ese porcentaje sube, significa que el brote está empeorando, no solamente que se le están haciendo más pruebas a la gente.

Arizona tiene la tasa promedio más alta de pruebas que han dado positivo en un lapso de siete días en Estados Unidos: 17,7%, aproximadamente el doble del promedio nacional y muy por arriba del umbral de 10% que las autoridades de salud consideran preocupante. También registra la cifra más alta de casos nuevos per cápita en el país en los últimos 14 días. El principal sistema de hospitales del estado afirma que se está quedando sin camas.

Varios restaurantes y otros negocios han cerrado porque el personal dio positivo en la última semana.

Lo mismo está ocurriendo en partes de Florida, donde personas de menos de 35 años han dado positivo a una tasa más alta desde que comenzó la pandemia, contribuyendo a un aumento en los casos, dijeron el miércoles las autoridades.

La ciudad costera de St. Petersburg cerró tres bares populares después de que los empleados dieran positivo, y ha ordenado el uso de mascarillas a los trabajadores que tengan contacto con el público, como lo han estado haciendo desde hace semanas algunas de las ciudades más afectadas en el sur de Florida.

El alcalde Rick Kriseman dijo que tiene intención de hacer obligatorio que las personas usen mascarillas si van a establecimientos y a espacios públicos.

«Podemos usar una mascarilla, proteger a otros y a nosotros mismos, o podemos contribuir a la muerte de alguien. Quizá incluso a la nuestra», señaló Kriseman.

El demócrata afirmó que el gobernador republicano Ron DeSantis ha alentado a la gente a que utilice cubrebocas, pero no como medida obligatoria.

DeSantis descartó tener intención de volver a cerrar la economía de Florida a pesar de que en el estado se han disparado los casos nuevos, a más de 1.000 el miércoles por 15to día consecutivo. Dijo que muchos de los infectados son jóvenes y es poco probable que sufran una enfermedad grave o fallezcan.

En la mayoría de las personas, el coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. En otros, en especial en adultos mayores y personas con problemas de salud, puede provocar complicaciones mayores, como neumonía e incluso la muerte.

Debido a los temores derivados del aumento de las infecciones entre personas jóvenes, las autoridades en la zona de San Antonio ordenaron que la gente utilice mascarillas cuando ande en lugares públicos ante el incremento de los contagios en Texas.

«Lo que estamos haciendo aquí es proteger la vida y la seguridad de la comunidad de San Antonio», dijo el alcalde Ron Nirenberg, quien agregó que la mayoría de los infectados en la zona han sido personas menores de 40 años.

Horas después el miércoles, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbot, dijo que los gobiernos locales podrían obligar a clientes y empleados a utilizar mascarillas, pero señaló que él no emitiría ningún decreto a nivel estatal. El segundo estado más poblado de Estados Unidos registró récords diarios de casos nuevos de COVID-19, con 3.129, y de hospitalizaciones. Las 2.793 hospitalizaciones constituyen una nueva marca diaria por décima ocasión en 11 días.
En Montgomery, Alabama, donde los casos van en aumento, el tema de las mascarillas fue planteado durante una reunión del ayuntamiento, cuyos miembros rechazaron una propuesta para que su uso sea obligatorio en reuniones públicas de 25 o más personas.

El doctor Bill Saliski, especialista en pulmones del Hospital Jackson, de Montgomery, pidió a la ciudad que apruebe el uso obligatorio de los cubrebocas y afirmó: «Si esto continúa tal y como va, nos vamos a ver superados».

Algunos líderes de la ciudad manifestaron preocupación de que se atropellen los derechos de las personas.

«Creo que hacer que alguien haga algo o requerir que alguien porte algo es extralimitarse», comentó Brantley Lyons, miembro del Ayuntamiento.

Desde que el virus surgió en China a finales del año pasado y se propagó en todo el mundo, se han registrado más de 8,2 millones de casos y por lo menos 445.000 muertes, de acuerdo con un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Los expertos dicen que las cifras reales son mucho mayores. En Estados Unidos, la cifra de muertos superó 117.000.

Los países europeos, que emprendieron una reanudación de actividades económicas a gran escala esta semana, observaban con preocupación la tendencia de las infecciones en Asia y el continente americano.

Después de que las restricciones de confinamiento fueron reducidas en Irán, el ministro de Salud, Saeed Namaki, dijo que advirtió la dimensión del desafío cuando subió a un avión en un vuelo interno.

«Mucha gente se ha vuelto descuidada, frustrada por el uso de las mascarillas», apuntó.

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