Por ELLIOT SPAGAT
SAN DIEGO
Agencia AP
El gobierno de Donald Trump publicó normas de amplio alcance que dificultan sustancialmente obtener asilo, acercándose más a lo que los críticos dicen es un golpe letal al sistema de solicitud de protección humanitaria en Estados Unidos.
El gobierno ya ha reestructurado gran parte del sistema de asilo, alegando que muchos abusan de él y que está abrumado con solicitudes que no merecen admisión. Sus políticas incluyen hacer que los solicitantes aguarden en México mientras sus peticiones son examinadas en tribunales estadounidenses, y negarle el asilo a cualquiera que llegue a la frontera con México y haya pasado por otro país en su camino a Estados Unidos sin primero solicitar protección allí.
La serie más reciente de iniciativas —presentadas preliminarmente la semana pasada— le ordena a los jueces de inmigración ser más selectivos a la hora de conceder solicitudes y les permite rechazar algunas sin necesidad de una audiencia. Su lenguaje denso a lo largo de 161 páginas describe reglas que el gobierno ya ha tratado de implementar y otras nuevas.
Su publicación el lunes en el Registro Federal, la gaceta oficial, marca el inicio de un período de 30 días para que el público comente al respecto antes de que las normas puedan entrar en vigor. El gobierno debe responder cada comentario que reciba, por lo que es imposible predecir cuándo podrían empezar a aplicarse. Es probable que sean impugnadas.
Ur Jaddou, director del grupo activista DHS Watch y exabogado del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, dijo que unas 30 medidas que el gobierno ha tomado anteriormente para restringir el asilo eran como «una muerte a consecuencia de 1.000 cortadas, pero que esta reglamentación es una guillotina»
«Esto es como el Frankenstein de todas las reglamentaciones antiasilo», dijo Stephen Yale-Loehr, profesor de práctica legal de inmigración en la Escuela de Derecho de la Universidad Cornell. «Pone todo junto en un gran paquete».
Los abogados especializados en inmigración estaban examinando los detalles días después de que fueron publicados por primera vez, pero aquí presentamos algunas cláusulas que ellos destacan:
—Los jueces de inmigración, que trabajan para el Departamento de Justicia y reciben órdenes del secretario de Justicia, podrían rechazar solicitudes «legalmente deficientes» sin necesidad de una audiencia. Los solicitantes de asilo tendrían al menos 10 días para responder.
Una audiencia les permite a los solicitantes de asilo comprender el proceso, dijo Greg Chen, director de relaciones con el gobierno para la Asociación Americana de Abogados de Inmigración. Los que no tienen abogados, no hablan inglés y desconocen las leyes de inmigración estarían en mayor desventaja.
—Existen varios factores nuevos que pesan en contra del asilo, incluyendo el no haber pagado impuestos. Los registros de antecedentes penales seguirán siendo tomados en cuenta en contra del solicitante de asilo incluso si las condenas han sido eliminadas, modificadas o revertidas.
La prohibición a otorgar asilo a cualquiera que viaje por otro país en su camino hacia Estados Unidos conlleva peso adicional. El haber pasado más de dos semanas en un país o haber viajado a través de más de un país influyen para que alguien no obtenga asilo.
El objetivo del asilo es proteger a la gente de la persecución basada en la raza, la religión, la nacionalidad, la opinión política o la pertenencia a un grupo social particular. El grupo social es el más difícil de definir, y el gobierno ha intentado elevar los requisitos para las víctimas de violencia de pandillas y de violencia doméstica.
Las reglamentaciones propuestas dicen que los pandilleros no deberían ser considerados parte de un grupo social si es que fueron reclutados o fueron blanco de pandillas o si viven en un país con violencia generalizada.
Las normas redefinen «persecución», diciendo que, para cumplir con ese requisito, el solicitante de asilo debe estar sujeto a una «amenaza apremiante». Yale-Loehr de Cornell dice que un prisionero que viva con las luces encendidas las 24 horas del día, música estruendosa, falta de agua y espacio insuficiente para recostarse no cumpliría con dicho criterio.
La definición de «opinión política» también está interpretada en forma más restrictiva.
Aunque aparentemente el nuevo documento es arcano y complicado, las consecuencias podrían ser profundas, en especial para los centroamericanos que huyen de la violencia endémica que favoreció que Estados Unidos sea el destino preferido en el mundo para los solicitantes de asilo.
Andrew Arthur, un juez de inmigración retirado, dijo que las normas son un paso adelante para corregir un sistema que él considera una «desgracia nacional». Arthur, que está afiliado al Centro para Estudios de Inmigración —un grupo que desea limitar la llegada de inmigrantes_, dijo que «trae cambios sensibles a algunas de las cláusulas menos lógicas en las reglamentaciones actuales».
Sarah Pierce, analista en el Instituto de Políticas Migratorias, consideró que el gobierno podría haberse sentido presionado para tener algo en concreto antes de enero, cuando Trump dejaría el puesto si no logra ser reelegido. Algunas medidas llevan años en preparación.
«Esta no es la reglamentación más larga que hemos visto de parte del gobierno de Trump, pero definitivamente es la más densa», afirmó Pierce. «Parece que las agruparon todas juntas, tal vez para abrumar a los activistas».