MOSCÚ
Agencia AP
Las autoridades rusas detuvieron a tres gerentes de una compañía de electricidad que derramó 20.000 toneladas de combustible en el Ártico. El combustible contaminó canales de agua en la zona de Norilsk y cunde el temor de que dañará la vida silvestre y se filtrará en el océano Ártico.
El presidente ruso Vladimir Putin la semana pasada calificó el suceso de una emergencia nacional.
El director de planta Pavel Smirnov, el jefe de ingenieros Alexei Stepanov y su subalterno Yuri Kuznetsov fueron detenidos bajo sospecha de violar normas ambientales, informó el miércoles Svetlana Petrenko, vocera de la Comisión de Investigaciones de Rusia.
Junto con Vyacheslav Starostin, otro gerente de planta arrestado y encausado este mes, los acusados podrían ser sentenciados a hasta cinco años de cárcel.
El derrame ocurrió al colapsar un tanque de almacenamiento el 29 de mayo. El combustible se ha adentrado a un lago vinculado al Mar de Kara que es parte del océano Ártico, pero las autoridades creen que podrán contenerlo.
La planta eléctrica es operada por una filial de Norilsk Nickel, cuyas plantas eléctricas en la zona han convertido a Norilsk, a 2.900 kilómetros (1.800 millas) al noreste de Moscú, una de las ciudades más contaminadas del mundo.