Por PAN PYLAS, FRANK JORDANS y JOHN LEICESTER
LONDRES
Agencia AP
Miles de personas salieron el domingo a las calles de distintas ciudades de Europa en una muestra de apoyo al movimiento Black Lives Matter, y en el puerto inglés de Bristol los manifestantes expresaron su indignación por el pasado colonial del país derribando la estatua de un esclavista del siglo XVII.
Los inconformes ataron cuerdas alrededor de la estatua de Edward Colston antes de derribarla en medio de una ovación de la multitud.
En las imágenes publicadas en las redes sociales puede verse a manifestantes que parecen colocar su rodilla sobre el cuello de la estatua, emulando la manera en que murió George Floyd en Minnesota el pasado 25 de mayo. El fallecimiento desencadenó protestas en todo el planeta en contra del racismo y la brutalidad policial.
Floyd, de raza negra, falleció después de que un agente blanco de la policía de Minneapolis lo inmovilizó colocándole una rodilla sobre el cuello incluso después de que se quejó de que no podía respirar mientras yacía esposado en el suelo. La estatua de Colston fue llevada hasta la bahía, donde los manifestantes la arrojaron al mar.
No fue el único monumento que sufrió daños el domingo. En Bruselas, manifestantes subieron a la estatua del exmonarca Leopoldo II y gritaron «compensación», según muestra un video publicado en las redes sociales. En la escultura se pintó con grafiti la leyenda «vergüenza», una posible referencia al hecho de que se dice que el reinado de Leopoldo le costó la vida a más de 10 millones de congoleses.
Los manifestantes también dañaron la estatua del ex primer ministro británico Winston Churchill en el centro de Londres, tachando su apellido y sustituyéndolo con la leyenda «era un racista». Además le fue colocada una pancarta de Black Lives Matter en el torso.
La jornada de protestas comenzó cerca de la embajada de Estados Unidos en Londres, donde se congregaron miles de personas — la mayoría con mascarillas para protegerse del coronavirus — con el fin de manifestarse en contra de la brutal muerte de Floyd y denunciar las desigualdades raciales en el país.
«Todo el mundo sabe que esto representa más que a George Floyd, más que sólo Estados Unidos, sino al racismo en todo el mundo», dijo Darcy Bourne, una estudiante de Londres.
Las protestas fueron mayormente pacíficas, pero por segundo día consecutivo hubo enfrentamientos cerca de las oficinas del primer ministro Boris Johnson. Los inconformes arrojaron objetos a la policía, que desplegó refuerzos para restaurar la calma.
Los manifestantes también arrojaron objetos contra los agentes en una calle frente a las puertas del Parlamento, donde había una barricada de policías antimotines.
El alcalde de Londres Sadiq Khan dijo que la violencia «era simplemente inaceptable» y pidió a los manifestantes que se apegaran a las leyes y mantuvieran el distanciamiento social de dos metros (6,5 pies) entre cada persona. Pero la mayoría de los inconformes hicieron caso omiso a esa exhortación, en especial en las inmediaciones de la embajada estadounidense.
Catorce agentes resultaron heridos durante los enfrentamientos del sábado en la zona central de Londres tras una manifestación pacífica a la que acudieron decenas de miles de personas, informó la policía.
Cientos de personas se presentaron el domingo a una plaza en el centro de Manchester, donde se arrodillaron en silencio como muestra de respeto a George Floyd.
En Hong Kong, unas 20 personas realizaron una marcha de solidaridad con el movimiento Black Lives Matter frente al consulado estadounidense.
«Es un asunto global», dijo Quinland Anderson, un británico de 28 años que reside en Hong Kong. «Debemos recordar que, a pesar de todo lo que vemos en Estados Unidos y en otras partes del mundo, las vidas de la comunidad de raza negra en verdad importan».
En Caracas, el presidente venezolano Nicolás Maduro rechazó que se le intente relacionar con las protestas por la muerte de Floyd.
El responsable de las protestas «no es Maduro, están locos lo que lo digan. Es la consciencia de un pueblo», afirmó el mandatario en una declaración televisada, citando recientes declaraciones del senador republicano Rick Scott, entre otros funcionarios del gobierno de Donald Trump, a quienes acusó de tener una «obsesión» en su contra.
«No es solamente una protesta por un asesinato, es una protesta por un sistema de opresión, de racismo estructural, de clasismo estructural, de represión estructural», acotó Maduro. «Yo observo grandes procesos de cambios sociales y políticos» en el país norteamericano, agregó, y resaltó que uno de los primeros signos de ellos es «este alzamiento popular, espontáneo y floreciente de la juventud y del pueblo de los Estados Unidos contra los supremacistas blancos».