En imagen de archivo, un farmacólogo administra a Jennifer Haller, izquierda, la primera dosis de una vacuna en fase experimental para COVID-19. Foto La Hora/AP/Ted S. Warren.

Por MARILYNN MARCHIONE
Agencia AP

Una vacuna en fase experimental contra el nuevo coronavirus tuvo resultados alentadores en todas las pruebas iniciales, produciendo las respuestas de inmunidad ansiadas en ocho voluntarios sanos de mediana edad, anunció su fabricante el lunes.

A los voluntarios en el estudio se les administraron dosis bajas o medias de la vacuna de la compañía Moderna Inc., con sede en Cambridge, Massachusetts. Todos ellos desarrollaron anticuerpos similares a los detectados en pacientes que se han recuperado de COVID-19.

En la siguiente fase del estudio, encabezado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, los investigadores tratarán de determinar cuál es la mejor dosis para un experimento decisivo que pretenden iniciar en julio.

En total, 45 personas han recibido una o dos inyecciones de la vacuna, que está siendo probada en tres dosis distintas. De momento sólo se encuentran disponibles los resultados detallados de los anticuerpos necesarios para evaluar las respuestas de ocho de los voluntarios.

La vacuna parece segura, afirmó la compañía, pero se requieren pruebas mucho más extensas para determinar si lo sigue siendo. Una versión de dosis alta está siendo descartada luego de producir efectos secundarios de corto plazo.

Los resultados aún no han sido publicados y solamente son de la primera de tres etapas de prueba a las que las vacunas y medicamentos normalmente deben someterse. El gobierno estadounidense ha lanzado un proyecto llamado «Operación Propulsión» para crear una vacuna y con la esperanza de contar con 300 millones de dosis para enero de 2021.

En todo el mundo, cerca de una docena de potenciales vacunas se encuentran en sus primeras fases de prueba o cerca de ellas.

En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.

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