Por JILL COLVIN
WASHINGTON
Agencia AP
El presidente Donald Trump declaró que la crisis del coronavirus demuestra que él estaba en lo cierto al ordenar la salida de las empresas manufactureras de China, nuevamente culpando al país asiático por la propagación de la enfermedad.
«Todo lo que yo dije resultó ser cierto», aseguró Trump en entrevista con el canal Fox Business.
«Estas estúpidas cadenas de suministros están por todo el mundo, deberíamos tenerlas todas en Estados Unidos», añadió.
Los comentarios surgen poco antes de un viaje de Trump a Allentown, Pensilvania, para resaltar una empresa distribuidora de equipos médicos. Es su segundo viaje en tantas semanas, continuando su campaña para convencer a la ciudadanía de reabrir negocios, pese a las advertencias de los expertos de que ello puede causar una segunda ola de infecciones.
Trump visitará la fábrica Owens and Minor Inc., que según la Casa Blanca ha enviado millones de mascarillas N95, batas quirúrgicas y guantes a diversos hospitales en todo el país.
Si bien las medidas de seguridad en torno al mandatario han sido fortalecidas en días recientes, Trump hasta ahora nunca ha sido visto en público con mascarilla. Las autoridades de salud han recomendado cubrirse el rostro en lugares públicos donde se dificulta el distanciamiento social, a fin de no estar propagando el virus inadvertidamente. Trump recibe una prueba de coronavirus todos los días.
Se anticipa que en la fábrica Trump mencionará la posibilidad de usar la Reserva Estratégica para facilitar los diagnósticos y «reabastecer y fortalecer la reserva para que la nación no vuelva a quedar desprevenida», según la Casa Blanca.
Owens & Minor asegura haber aplicado nuevas normas a raíz del virus, como limitar el acceso de visitantes a sus fábricas a casos de «servicio o suministro esencial», y obligar a todo el personal a usar equipos protectores y a someterse a tomas periódicas de temperatura.
Pensilvania además requiere que todo empleado, cliente o visitante a los negocios abiertos vistan cubrebocas y mantengan distanciamiento, salvo una mínima excepción mencionada en el decreto del gobernador.
Es la segunda vez en días recientes que Trump viaja a un estado que será crucial en las elecciones de noviembre. La semana pasada visitó una fábrica en Phoenix, Arizona.