Cuadrillas de emergencia desinfectan a personas cerca del Hospital San Jorge de San Petersburgo en Rusia. Foto La Hora/AP/Dmitry Lovetsky.

Por DARIA LITVINOVA
MOSCÚ
Agencia AP

Funcionarios de salud rusos anunciaron el martes una investigación sobre la seguridad de los respiradores artificiales, luego de que aparentemente esos aparatos causaron incendios en dos hospitales en el área de cuidados intensivos para pacientes con coronavirus, dejando seis personas muertas en los últimos cuatro días.

Las muertes ocurrieron mientras Rusia enfrenta una batalla difícil contra el COVID-19, que ha puesto a prueba la infraestructura de atención médica nacional, enormemente obsoleta. El país superó el martes las 232.000 infecciones confirmadas.

El presidente Vladimir Putin se ha jactado de la respuesta de Rusia a la enfermedad, diciendo que la cuarentena de seis semanas ayudó a «frenar la epidemia» y que le dio al gobierno suficiente tiempo para preparar el sistema de atención médica para el peor escenario.

«Cada región está lista y tiene todo lo que necesita para ayudar a las personas que puedan sufrir complicaciones graves y ofrecerles atención médica especializada, incluida la atención intensiva», dijo Putin el lunes, al anunciar un relajamiento gradual de las medidas de confinamiento y la reapertura de los negocios.

Un incendio el martes por la mañana en el Hospital San Jorge en San Petersburgo mató a cinco enfermos de coronavirus que recibían asistencia de respiradores. El sábado, otro incendio en el Hospital Spasokukotsky en Moscú mató a un paciente. Ambos centros de salud fueron reacondicionados para recibir a pacientes con coronavirus y en ambos se informó que ventiladores defectuosos causaron el incendio.

El director del Hospital San Jorge, el doctor Valery Strizheletsky, dijo que un respirador en una unidad de cuidados incentivos se incendió justo frente a otro médico. Según la prensa, la nueva máquina de respiración de fabricación rusa se instaló en la unidad hace apenas 10 días.

Este modelo en particular nunca se había utilizado en el hospital, según algunos informes. The Associated Press no ha podido verificarlo de forma independiente. Strizheletsky y su adjunto, el doctor Igor Ivanov, no estuvieron disponibles para comentar al respecto. El ventilador que se incendió en el Hospital Spasokukotsky en Moscú provino de la misma fábrica, informó la agencia estatal de noticias Tass, citando fuentes no identificadas en la policía.

La fábrica en la región de Sverdlovsk es propiedad de la corporación Rostech controlada por el estado, dirigida por Sergei Chemezov, viejo aliado de Putin.

El regulador de salud, Rossdravnadzor, dijo en un comunicado que ya está investigando «la calidad y la seguridad» de los respiradores que se utilizan en ambos hospitales.

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