Por LORNE COOK
BRUSELAS AP
Los líderes de la Unión Europea se preparaban el miércoles para otra cumbre virtual para evaluar los daños causados por el coronavirus en las vidas y medios de vida de los ciudadanos del bloque, en la que esperaban elaborar un plan más firme para reactivar sus maltrechas economías.
Mientras algunos países europeos empezaban a salir del confinamiento para volver al trabajo o a la escuela, y algunas empresas del continente abrían con cautela sus puertas, los mandatarios tenían previsto respaldar medidas urgentes de gasto y debatir un enorme plan de recuperación que esperaban presentar en las próximas semanas.
En torno a un millón de personas han dado positivo en coronavirus en la UE y Gran Bretaña, y más de 100.000 de ellos han muerto, en torno a la mitad de la cifra global de muertos, según el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades. Los expertos creen que esas cifras oficiales están muy por debajo del alcance real de la pandemia, debido en parte a la falta de pruebas realizadas y a las dificultades de contar los muertos durante la crisis.
La cumbre europea del jueves, la cuarta que celebran por videoconferencia los líderes de los 27 desde que el brote golpeó al norte de Italia hace dos meses, se celebra en un momento muy delicado.
La confianza entre los socios se ha erosionado. Las afectadas Italia y España no tienen confianza en que sus países relativamente más ricos del norte de Europa, como Austria, Holanda o Alemania, que han sufrido menos por la pandemia, estén dispuestas a adoptar medidas amplias y rápidas respaldadas con artillería económica.
«Esta pandemia nos afecta a todos, en cada hogar y en cada estado miembro. No conoce fronteras y pide más coordinación y unidad. Estoy convencido de que debemos mostrar más determinación para superar nuestras diferencias», dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en su carta de invitación a la cumbre.
Aun así, no es como si Europa estuviera dejando pasar el tiempo sin más. En conjunto, las instituciones y naciones del bloque han movilizado unos 3,3 billones de euros (3,6 billones de dólares) para ayudar a los abrumados servicios sanitarios, pequeños negocios afectados, aerolíneas y personas que acaban de quedarse sin empleo.
Se esperaba que los jefes de gobierno aprobaran un paquete por valor de 540.000 millones de euros (587.000 millones de dólares) que ayudaría a pagar salarios perdidos, mantener empresas a flote y financiar sistemas de salud.
«El objetivo debe ser que estas tres redes de seguridad estén aprobadas y operativas» para el 1 de junio, dijo Michel.
Trazar un plan de recuperación que puedan firmar los dispares miembros de la UE será más complicado. El consenso es que debe alcanzar al menos un billón de euros y centrarse en los sectores económicos y regiones europeas más afectados por el coronavirus.
España afirma que el bloque debe dar subvenciones a los países en función del porcentaje de población afectado, la caída en su crecimiento económico y los empleos perdidos. El fondo debería estar vinculado al nuevo presupuesto a largo plazo del grupo, con mucho dinero adelantado durante entre dos y tres años.
Pero Holanda, respaldada por Austria y Alemania, se niega a considerar planes de compartir deuda que puedan suponer que tiene que pagar por el daño económico sufrido en otros lugares. También es reacia a utilizar todas las herramientas disponibles y prefiere reservar algunas opciones por si se produce una segunda oleada de infecciones.
«Afrontamos la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Esto requiere acciones urgentes y decisivas», dijo el martes el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno. «La recuperación comienza cuando la cuarentena empieza a terminar, y esperamos que esto ocurra en las próximas semanas. De modo que esto tiene que ser rápido».