MADRID
Foto La Hora/DPA/Europa Press
«El ambiente en el que trabajan los periodistas de América Latina es cada vez más complejo y hostil», según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que sitúa a México como el país más peligroso de la región para ejercer el periodismo, aunque este año destaca el deterioro de las condiciones de trabajo para los informadores en los países marcados por la protesta social.
La edición 2020 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) muestra «un deterioro generalizado de la situación de la libertad de prensa en América Latina», porque «quienes abordan temas delicados sufren cada vez más presiones, violencia e intimidaciones».
México, 143 de un ranking mundial de 180 países donde la primera plaza supone la mejor posición, ha escalado un puesto pero «sigue siendo el país más peligroso del continente para la prensa», con un total de diez periodistas asesinados en 2019.
«El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha logrado frenar la espiral de violencia contra los periodistas ni poner fin a la impunidad en que permanecen los crímenes cometidos contra ellos», ha lamentado la ONG.
RSF ha señalado que tanto en México como en sus vecinos centroamericanos «persiste una complicidad de políticos corruptos y autoridades –sobre todo locales– con el crimen organizado, algo que va más allá del ámbito político y amenaza gravemente la seguridad de quienes se dedican a la información».
A este respecto, ha apuntado que en Guatemala (116) y Honduras (148) «los periodistas de los medios de oposición o comunitarios que se atreven a denunciar los actos de corrupción de los políticos suelen sufrir agresiones, amenazas de muerte, e incluso pueden ser asesinados, por lo que a veces se ven obligados a exiliarse».
RSF ha incluido en este bloque a Colombia (130) por sus «complejos problemas estructurales». «Desde que Iván Duque asumiera la presidencia, se han recrudecido las agresiones, las amenazas de muerte y los secuestros de periodistas, debilitando aún más a la prensa y generando verdaderos agujeros negros para la información en el país», ha afirmado.
LA INESTABILIDAD SOCIAL COMO VECTOR
Por otro lado, Reporteros Sin Fronteras ha llamado la atención sobre la ola de protestas que el año pasado azotó a varios países de la región y sobre las consecuencias que ello ha tenido en periodistas y medios de comunicación.
En este sentido, ha mencionado el caso de Haití, que ha caído 21 posiciones hasta la número 83, siendo el país latinoamericano que mayor descenso ha experimentado en la Clasificación 2020.
«Los periodistas haitianos suelen sufrir agresiones cuando cubren estas manifestaciones, a menudo violentas», contra el presidente, Jovenel Moise, que se suceden desde hace dos años. «El asesinato del periodista Néhémie Joseph, ocurrido en 2019, muestra la preocupante espiral de violencia», ha apostillado.
En Bolivia (114), donde la crisis postelectoral acabó con la dimisión de Evo Morales y más de 30 muertos, «también se registraron numerosas agresiones y ataques a periodistas durante las protestas» que siguieron a los comicios presidenciales del 20 de octubre.
Igualmente, en Ecuador, en el escalón 98, durante las manifestaciones contra el Gobierno de Lenín Moreno por su ajuste económico «aumentaron las agresiones a periodistas, imposibilitando casi por completo el trabajo informativo».
La ONG ha aludido asimismo a Chile, donde las protestas contra el Ejecutivo de Sebastián Piñera por la desigualdad social dejaron más de 20 muertos. La nación suramericana cae cinco puestos, tras caer ocho el año anterior, por la «ola de ataques y agresiones a periodistas y medios de comunicación» en dicho contexto.
RSF también se ha referido en este capítulo a Argentina (64), que ha bajado siete escalones, por «la violencia policial y las agresiones a periodistas en las manifestaciones registradas en las mayores ciudades del país durante las elecciones que llevaron a la Presidencia a Alberto Fernández».
«AUTORITARISMO»
La organización ha querido dedicar una sección especial –«Autoritarismo: Los múltiples rostros de la censura»– a Venezuela, Nicaragua, Cuba y Brasil por la deriva de sus respectivos gobiernos.
Venezuela ha subido un puesto hasta el 147 pero por «otros movimientos de la Clasificación 2020», no por una mejora de las condiciones de trabajo para los periodistas, puesto que «el autoritarismo del presidente, Nicolás Maduro, no cede».
«La represión del Gobierno contra la prensa independiente se ha vuelto cotidiana y multifacética: detenciones arbitrarias, violencia de las fuerzas del orden y de los servicios de Inteligencia, cortes de la conexión a Internet, bloqueo de las redes sociales o expulsión de periodistas extranjeros», ha enunciado.
En Nicaragua, en el puesto 117 tras perder tres, «la prensa independiente sufre una suerte similar, asfixiada por la feroz represión del Gobierno del presidente, Daniel Ortega, y sus simpatizantes».
Así, «en 2019 aumentaron las detenciones arbitrarias, al igual que el exilio de periodistas», y, «debido a la escasez de materias primas –papel o planchas para rotativa–, orquestada por las autoridades, los diarios impresos del país casi han desaparecido del panorama mediático».
Cuba, por su parte, «se estanca en las profundidades de la Clasificación 2020», en el puesto 171, con lo que «sigue siendo el país peor clasificado de América Latina en cuestión de libertad de prensa».
RSF ha aducido que «el régimen cubano, ahora dirigido por Miguel Díaz-Canel, sigue monopolizando casi toda la información y la Constitución aún prohíbe que exista prensa privada en el país». El año pasado, «aumentaron los casos de detención y encarcelamiento de periodistas molestos para el Gobierno».
Por último, ha puesto el foco en Brasil (107), que por segundo año consecutivo pierde dos posiciones, «un descenso que continuará mientras (Jair) Bolsonaro, su familia y los miembros de su Gobierno sigan insultando y humillando a algunos de los periodistas y medios de comunicación más importantes del país, fomentando un clima de odio y desconfianza hacia la prensa» que hace a sus trabajadores, sobre todo a las mujeres, «cada vez más vulnerables».
CAMPAÑAS EN INTERNET
Reporteros Sin Fronteras se ha detenido en el hecho de que «en América Latina, como en todo el mundo, las agresiones físicas a periodistas suelen estar acompañadas de campañas de acoso en Internet emprendidas por ejércitos de troles y por simpatizantes de los regímenes autoritarios».
«En este oscuro panorama», ha alertado, «abundan los desafíos que se deben superar para que la situación de la libertad de prensa mejore en América Latina de forma significativa y duradera».
En su opinión, «mientras la prensa de la región no cuente con instituciones democráticas sólidas que garanticen la seguridad de los periodistas y apoyen el desarrollo de los medios de comunicación, estos se verán obligados a reinventarse, a encontrar nuevas soluciones y alternativas».
La buena noticia son las «notables excepciones» de Costa Rica, que asciende tres puestos hasta el séptimo, y Uruguay, que se mantiene en el 19, siendo los mejor posicionados del subcontinente.