Por MIKE CORDER
TER APEL, Holanda
Agencia AP
Numerosos migrantes que han llegado a Holanda en busca de asilo están ayudando a la población a lidiar con la crisis del coronavirus, expresando su agradecimiento por el país que los recibió.
Tal es el caso de Ter Apel, un poblado cerca de la frontera con Alemania donde unos 1,900 están alojados en un centro acoplo.
«Como refugiados, lo menos que podemos hacer es ayudar al pueblo holandés, pues ellos nos han ayudado en todo», declaró Raffat Altekrete, un refugiado iraquí de 34 años de edad.
Raffat Altekrete, ingeniero eléctrico de profesión, monta guardia en la salida del supermercado local y desinfecta los carritos de compras de todos los clientes que van saliendo. Luce guantes de látex, un paño de lavar y un rociador de desinfectante.
Hasta ahora Holanda tiene 12.600 casos de coronavirus y 1.030 muertes.
Las labores de Altekrete y otros migrantes buscan también mejorar la imagen de su grupo en Ter Apel, una aldea a unos 200 kilómetros (120 millas) al noreste de Ámsterdam, donde algunos residentes en el pasado se han quejado por robos y por conducta inapropiada por parte de los extranjeros.
Todos los migrantes al llegar deben registrarse en el centro. Algunos pasan allí sólo unos días, otros esperan más mientras las autoridades procesan sus solicitudes de asilo.
Karina Zuidinga, una maestra de escuela local, se expresó agradecida por los migrantes que la ayudan al salir del supermercado.
«Me alegro que lo están haciendo», comentó Zuidinga.
«Muchas veces aparecen en las noticias por cosas malas y eso es una pena porque al 95% de ellos les va bien aquí y me alegro que pueden demostrarlo, de esta manera, al resto de la población».