En esta foto de archivo, el legislador republicano Thomas Massie habla con la prensa en el Capitolio. Foto La Hora/AP/J. Scott Applewhite.

Por ANDREW TAYLOR, ALAN FRAM y LAURIE KELLMAN
WASHINGTON
Agencia AP

El plan de los líderes de la Cámara de Representantes de aprobar rápidamente el paquete de 2.2 billones de dólares para aliviar la economía y el sistema de salud de Estados Unidos, arrasados por la pandemia de COVID-19, se topó con un obstáculo el viernes, cuando un representante de ultraderecha amenazó con demorar la votación hasta que la mayoría de los legisladores regresen a Washington para la votación.

Esto obligó a muchos legisladores furiosos a regresar a la capital en medio de una pandemia en la que se exhorta a la gente a permanecer voluntariamente en cuarentena o mantener distancia unos de otros.

Al comenzar la sesión por la mañana, no cabía duda de que la cámara, de una u otra manera, daría la aprobación final al paquete de rescate económico más abultado de la historia estadounidense y lo enviaría a la firma del presidente Donald Trump, pero el representante republicano Thomas Massie, de Kentucky, quien se opone al proyecto, amenazó con exigir una votación uno por uno. Los líderes partidarios esperaban aprobar la iniciativa con una votación de viva voz sin que los legisladores tuvieran que correr el riesgo de viajar a Washington.

Massie insinuó por Twitter que exigirá un quórum _unos 216 legisladores_ presentes en el recinto para votar. No respondió a los pedidos de declaraciones.

Varios de sus correligionarios republicanos han tratado de hacerle cambiar de opinión o expresado su indignación, pero si fracasan estos esfuerzos, los republicanos creen que un centenar de sus miembros regresarán a Washington.

Los líderes demócratas han exhortado a sus legisladores que están «dispuestos y en condiciones» de acudir al recinto a que lo hagan.

El miércoles por la noche, el Senado aprobó el proyecto por unanimidad, lo que generó elogios de Trump, que está ávido por promulgar la ley.

La ley otorgará 1,200 dólares en pagos individuales a las personas y otorgará préstamos baratos, subsidios y exenciones impositivas a empresas en peligro de quebrar a medida que decenas de millones de estadounidenses se someten a confinamientos voluntarios y cuarentenas.

Elementos cruciales de la ley jamás han pasado por una prueba, como los subsidios a pequeñas empresas para que sigan pagando a sus empleados y préstamos complejos a las grandes empresas. Se reembolsará a millones de personas que han conservado sus empleos.

Por el momento Estados Unidos encabeza la tabla mundial de infecciones, con más de 86,000 casos. Unas 1,300 personas han muerto de COVID-19.

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