El primer ministro de Japón, Shinzo Abe (centro), guarda un minuto de silencio en la conmemoración del letal tsunami en Japón. FOTO LA HORA/AP/YOSHITAKA SUGAWARA/KYODO NEWS.

Por MARI YAMAGUCHI
TOKIO
Agencia AP

Algunos residentes en la costa norte de Japón se pararon hoy mirando al mar en las carreteras para rezar en silencio por los seres queridos que perdieron en un enorme sismo y tsunami hace nueve años. Pero en Tokio y en muchos otros lugares en todo el país, el día se recordó sin un gran acto oficial del gobierno por el brote de un nuevo coronavirus.

El 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9.0 y un posterior tsunami devastaron gran parte de la costa norte de Japón y provocaron un accidente nuclear en una planta en Fukushima, contaminando grandes zonas y desplazando a muchos residentes.

En los ocho últimos años, residentes y autoridades se congregaban en los ayuntamientos para orar mientras en la capital, el gobierno celebraba un homenaje al que asistían miembros de la familia imperial y que se televisaba en vivo para todo el país. Esta vez, el acto no se celebró luego de la petición de primer ministro, Shinzo Abe, de cancelar, demorar o reducir las aglomeraciones como parte de las medidas para luchar contra el virus.

En Tokio, Abe y sus ministros se reunieron en la oficina del primer ministro y rezaron en silencio a las 14:46, el momento en el que se registró el terremoto en el mar. En su discurso, Abe se disculpó por la cancelación de la ceremonia gubernamental. Japón tiene más de 1 mil 200 casos confirmados del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, incluyendo 696 en un crucero, y 19 fallecidos.

La reconstrucción de las zonas afectadas por la tragedia está ahora «en su fase final», manifestó Abe.

«Me gustaría que mucha gente de todo el mundo experimentase la realidad de las zonas afectadas por el desastre en su camino a la recuperación durante los próximos Juegos Olímpicos y Paralímpicos y en otros momentos», apuntó Abe. Su gobierno ha dicho ya que el próximo aniversario, el 10mo, será el último que organizará.

Pero muchos residentes, especialmente los de Fukushima, están lejos de recuperarse. Las dos localidades donde se ubica la destruida planta nuclear siguen blindadas y no se puede vivir allí. Además, muchos vecinos de las inmediaciones tuvieron que dar sus tierras para construir instalaciones para almacenar residuos nucleares durante décadas.

El terremoto y el tsunami dejaron más de 18 mil fallecidos y destruyeron muchas viviendas y negocios. La fusión de la planta de Fukushima hizo que más de 160 mil personas huyesen de la región. Más de 40 mil todavía no han podido regresar a sus casas por la contaminación y la radiación.

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