En esta imagen, Abdullah Abdullah, en el centro a la izquierda, saluda a sus simpatizantes tras jurar la Presidencia en Kabul, Afganistán. FOTO LA HORA/AP.

Por KATHY GANNON y RAHIM FAIEZ
KABUL
Agencia AP

Estados Unidos comenzó a retirar sus tropas de Afganistán, indicó hoy el Ejército, avanzando en su Acuerdo de Paz con el Talibán al tiempo que elogiaba la promesa de Ashraf Ghani de iniciar la liberación de presos talibanes tras demorarla durante una semana.

Washington presentó el Acuerdo con el Talibán, firmado el 29 de febrero, como un esfuerzo por poner fin a 18 años de guerra en Afganistán. El siguiente paso crucial serán las conversaciones intraafganas, en las que todas las facciones, talibanes incluidos, negociarían una hoja de ruta para el futuro de su país.

Pero Ghani y su principal rival político, Abdullah Abdullah, juraron el cargo de presidente en sendas ceremonias ayer. Abdullah y la comisión electoral de quejas denunciaron un fraude en las elecciones del año pasado. Las investiduras rivales sumieron en el caos los preparativos para las conversaciones con el Talibán, aunque Ghani dijo hoy que formaría un equipo negociador.

La división en el gobierno afgano reflejaba la dura tarea que enfrentaba el enviado de paz de Washington, Zalmay Khalilzad, en su intento por unificar a los enfrentados líderes del país. En un tuit hoy por la mañana, Khalilzad dijo confiar en que los dos líderes podrían «llegar a un acuerdo sobre un gobierno inclusivo y ampliamente aceptado. Seguiremos asistiendo».

Por su parte, el Ejército estadounidense inició su «reducción de fuerzas basada en las condiciones a 8 mil 600 a lo largo de 135 días», según su vocero en Afganistán, Sonny Leggett.

Estados Unidos tiene ahora unos 13 mil soldados en Afganistán, de los que 8 mil participan en la instrucción y asesoría de las Fuerzas de Seguridad Nacional afgana y unos 5 mil se dedican a operaciones militares y antiterroristas en apoyo del Ejército afgano cuando se les solicita.

Ghani ha ido aplazando la liberación de unos 5 mil presos talibanes, incluida en el acuerdo. Ghani prometió ayer anunciar un decreto que liberase a los prisioneros, después de que Washington y varios dignatarios extranjeros parecieran respaldar su reclamo de la presidencia enviando a representantes a su investidura.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, celebró ayer en un comunicado «el anuncio del presidente Ghani sobre que emitirá un decreto el 10 de marzo sobre la liberación de prisioneros talibanes».

Miembros del Talibán dijeron ayer que según algunos presos, se estaban haciendo comprobaciones biométricas de identidad sobre los presos talibanes, lo que apuntaba a una liberación masiva. Los insurgentes hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a informar a los medios.

Pompeo también expresó su «firme oposición» a que se creara un gobierno paralelo en Kabul, pese a los indicios de que eso estaba ocurriendo. Abdullah envió con rapidez a sus vicepresidentes a ocupar oficinas oficiales ayer, adelantándose al plan de Ghani de hacerlo hoy.

Pompeo advirtió que no se recurriera al «uso de la fuerza para resolver diferencias políticas». Los dos candidatos, especialmente Abdullah, tienen apoyo de señores de la guerra con milicias fuertemente armadas, subrayando el temor a que puedan utilizar la fuerza para respaldar a su candidato.

Estados Unidos ha dicho que su retirada parcial de tropas, que se realizaría durante 18 meses según el acuerdo, irá ligada a que el Talibán cumpla su promesa de ayudar a combatir el terrorismo en Afganistán, y no al éxito de las conversaciones entre los talibanes y el gobierno afgano.

Durante el fin de semana, el portavoz talibán Zabihullah Mujahed, indicó que el grupo insurgente estaba comprometido con el acuerdo, y pidió a Washington que hiciera su parte para asegurar que sus prisioneros eran liberados.

El grupo extremista Estado Islámico, a su vez, reclamó la autoría de un ataque de cohete registrado durante la ceremonia de investidura de Ghani. También se atribuyó un brutal ataque la semana pasada contra una congregación de chiíes, una minoría musulmana, en el que murieron 32 personas y docenas resultaron heridos. Al cerrar su acuerdo con el Talibán, Estados Unidos dijo esperar que los talibanes, que han combatido contra la filial afgana del grupo EI, siguieran ayudando a los esfuerzos para derrotar al EI.

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