MADRID
Agencia DPA/Europa Press
Naciones Unidas ha advertido que «se está cerrando la ventana de oportunidad» para una reforma en Irak que satisfaga las demandas de los manifestantes y saque al país de la grave crisis en la que lleva sumido meses, ante la incapacidad de los partidos para pactar un nuevo Gobierno.
La representante especial de la ONU para Irak, Jeanine Hennis-Plasschaert, ha expresado su deseo de que la clase política «reconozca la encrucijada» en la que se encuentra el país y elijan entre «permanecer estáticos y ponerse al servicio de sus ciudadanos».
Así, ha pedido a los políticos «que den un paso al frente» y «pongan los intereses del país por encima de todo lo demás», al tiempo que ha recalcado que «es importante no edulcorar la cruda realidad actual».
«Los valientes iraquíes, que siguen pagando un precio inimaginable para que sus voces sean escuchadas, merecen que se reconozcan los abusos intolerables a los que han sido sometidos», ha dicho, durante una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Entre ellos ha enumerado asesinatos, secuestros, violencia, intimidación y amenazas, actos que ha descrito como «unas violaciones aborrecibles de los Derechos Humanos» que «no tienen cabida en una democracia».
Así, ha incidido en que «debe estar claro que los manifestantes pacíficos no darán marcha atrás en sus aspiraciones» y ha añadido que «cumplir las demandas de la gente requerirá un esfuerzo colectivo».
«Esta debería ser la principal y única preocupación de la clase política, pero hasta ahora hemos visto pocos resultados», ha lamentado, en referencia al estancamiento del proceso de formación de un nuevo Ejecutivo tras la dimisión en noviembre del primer ministro, Adel Abdul Mahdi.
El primer ministro designado, Mohamed Allaui, dimitió el domingo tras no lograr el apoyo del Parlamento a su Ejecutivo, tras lo que Abdul Mahdi, quien permanece en funciones con competencias limitadas, apostó por celebrar parlamentarias en diciembre.
Sobre este asunto, Hennis-Plasschaert ha recordado que la Constitución da al presidente, Barham Salí, 15 días para nominar a un nuevo Primer Ministro designado, que deberá lograr el apoyo del Parlamento.
«Mientras las consultas políticas siguen en marcha, la pregunta sigue siendo si los partidos políticos encontrarán un nuevo candidato de consenso en este plazo de tiempo», ha apuntado.
AUMENTO DE LA INSEGURIDAD
Hennis-Plasschaert, que ha reconocido los desafíos de seguridad a los que hace frente el país, ha destacado sin embargo que «la responsabilidad última de la seguridad de la gente recae sobre el Estado», por lo que ha pedido el fin de los abusos y la impunidad. «La impunidad acaba cuando empieza la rendición de cuentas», ha sostenido.
«La justicia y la rendición de cuentas son un asunto de gran importancia para los muchos iraquíes que han perdido a sus seres queridos o cuyos seres queridos han resultado heridos únicamente por expresar su frustración con las malas expectativas económicas, sociales y políticas», ha argumentado.
La enviada de la ONU ha destacado además el papel de las mujeres iraquíes en las manifestaciones antigubernamentales, que ha descrito como «sin precedentes» y como «una nueva página en la historia de la movilización de base de las mujeres en Irak». «Los líderes políticos deben escuchar este llamamiento», ha subrayado.
Hennis-Plasschaert ha hecho además referencia a la existencia de «entidades armadas identificadas de forma ambigua y con lealtades poco claras» en el marco de la crisis, así como de «grupos o individuos que usan la cobertura de los manifestantes pacíficos o las fuerzas de seguridad para embarrar los problemas».
En este sentido, ha resaltado que los grupos armados que operan al margen del Estado «deben ser desmantelados o integrados formalmente, sin retrasos». «Esto no es una excusa para la inacción política y gubernamental», ha advertido.
LA AMENAZA YIHADISTA
Hennis-Plasschaert ha destacado que otras de las prioridades de las autoridades deben ser la lucha contra la corrupción, en un país «marcado por el clientelismo», y combatir al extremismo violento, con el grupo yihadista Estado Islámico como principal amenaza.
«No podemos ignorar la continuada amenaza del terrorismo. Si bien Estado Islámico ha sido derrotado territorialmente, ha continuado durante los últimos dos meses sus intentos de incrementar sus operaciones militares en el noreste de Diyala, el norte de Bagdad y áreas en el oeste de Irak», ha explicado.
«No hace falta decir que no debe permitirse que Estado Islámico se reagrupe y reclute», ha destacado, al tiempo que ha añadido que «los aliados de Irak siguen ayudando al Gobierno y sus instituciones» en materia antiterrorista, tras la petición del Parlamento para que las tropas internacionales abandonen el país por la muerte del general iraní Qasem Soleimani en un bombardeo ejecutado por Estados Unidos a principios de enero.
En esta línea, ha dicho que «el volátil clima nacional y regional ha supuesto una carga extraordinaria para Irak durante los últimos meses» y que «la violencia entre estados presenciada a principios de año fue recibida como una amenaza clara y sustancial para el país».
«La cuestión es si Irak florecerá como un lugar para la paz y el entendimiento o sufrirá como el escenario de batallas externas», ha manifestado Hennis-Plasschaert, quien ha destacado que la «parálisis» existente en el país «no es causa para un optimismo inmediato».
«El país y su población siguen siendo empujados hacia lo desconocido», ha apuntado, antes de recalcar que «el repetido patrón de sesiones parlamentarias sin ‘quórum’ es exactamente lo contrario a lo que necesita el país».