Por JILL LAWLESS y RAF CASERT
LONDRES
Agencia AP
Gran Bretaña inició hoy como miembro de la Unión Europea, pero abandonará oficialmente el bloque a las 23:00 horas locales, medianoche en Bruselas (2300 GMT), tres años y medio después de que el país decidiera en referéndum, por un margen de apenas 52%-48%, separarse del organismo al que se integró en 1973.
Su estatus al final del día -como nación orgullosa que reclamó su soberanía, o una presencia más reducida en Europa y en el mundo- seguirá estando a debate.
El primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, se reunirá con su gobierno por la mañana en la localidad proBrexit de Sunderland, en el noreste de Inglaterra. Está previsto que ofrezca un discurso televisado a la nación una hora antes de que se culmine el Brexit, en el que señalará que «no es un final sino un comienzo».
Según su oficina, lo describirá como «un momento de verdadera renovación y cambio nacional».
La UE tendrá que recuperarse de uno de sus mayores reveses en sus 62 años de historia para enfrentar un mundo cada vez más complicado, con un nuevo competidor en el libre mercado justo al otro lado del Canal de La Mancha.
Esta es la primera vez que un socio sale de la UE, y muchos en el bloque lamentaron el día. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó que «cuando el sol salga mañana, empezará un nuevo capítulo para nuestra unión de los 27».
La dirigente advirtió que este día podría suponer una gran pérdida para Gran Bretaña y apuntó que la nación insular se encamina a una existencia más solitaria. «La fortaleza no reside en un magnifico aislamiento, sino en nuestra unión única».
La prensa de todo el continente informó del divorcio entre Bruselas y Londres con titulares como «Adiós a Europa» y «Bye-Bye», junto a la bandera británica, conocida como la Union Jack.
El gobierno espera que la salida se conmemore de forma digna y no triunfalista, con luces con los colores de la bandera -rojo, blanco y azul- iluminando edificios gubernamentales y un reloj con la cuenta regresiva proyectado sobre la fachada de la residencia oficial del primer ministro, en el número 10 de Downing Street.
Algunos partidarios del Brexit llevarán a cabo celebraciones más estridentes. Nigel Farage y un grupo de devotos participarán en un acto con discursos y canciones patrióticas en Parliament Square, en Londres, para señalar un momento que el político, firme defensor de la salida del país del bloque, dudó que llegara a producirse.
Otros no tienen ganas de festejar. La abogada Alice Cole-Roberts dijo el viernes que espera «más y más frustración» a medida que se desarrolle el Brexit.
«Es un día muy triste. Estoy muy molesta porque nos vamos de la Unión Europea y simplemente desearía que no sucediera», manifestó.
Durante los próximos once meses, la UE y Gran Bretaña volverán a enfrentarse en la mesa de negociación para formar un acuerdo de comercio y seguridad como parte de su nueva relación.