MADRID
Agencia DPA/Europa Press
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha amenazado hoy con distanciarse de Estados Unidos y poner fin al Acuerdo de las Fuerzas de Visitas (FVA, por sus siglas en inglés), que permite a Washington enviar efectivos a los puertos filipinos y realizar grandes ejercicios militares conjuntos, si Washington no revoca la retirada del visado al senador filipino Ronald ‘Bato’ dela Rosa.
«Les estoy alertando, esta es la primera vez: acabaré con el acuerdo», ha aseverado el dirigente filipino, que ha dado un mes a las autoridades norteamericanas para revertir la decisión de retirar el visado.
Duterte, que ha indicado que se trata de una «primera alerta», ha aseverado que «si no se corrige el error, acabará con las bases del acuerdo». «Acabaré con ese hijo de puta», ha manifestado, según informaciones del portal de noticias local Rappler.
Sus palabras tienen lugar después de que Estados Unidos cancelara el visado de Dela Rosa, antiguo jefe de la Policía Nacional de Filipinas y arquitecto de la mortífera guerra contra las drogas puesta en marcha bajo su Administración. El propio Dela Rosa ha denunciado que ha sido notificado de que no se le renovará el visado en caso de que así lo desee.
«Estoy notificándoles. Doy al Gobierno estadounidense un mes desde ahora para que lo solucione», ha aclarado Duterte, que está dispuesto a acabar con un acuerdo que regula el tratamiento dado a las Fuerzas Armadas estadounidenses que se encuentran de «visita» en territorio filipino.
No obstante, y a pesar de las advertencias del presidente, el FVA solo se puede revertir con la aprobación del Congreso.
DETENCIÓN DE LA SENADORA LEILA DE LIMA
El senador estadounidense Edward Markey ha condenado la actitud del Gobierno filipino a la hora de prohibir la entrada en el país de varios senadores norteamericanos después de que estos expresaran su apoyo a la senadora Leila de Lima e impusieran restricciones al viaje a varios altos cargos filipinos relacionados con la detención de la senadora, crítica con la guerra contra las drogas.
A finales de diciembre, el portavoz de la Presidencia, Salvador Panelo, indicó que el Gobierno pediría a todos los estadounidenses que revisaran el estado de su visado antes de entrar en Filipinas en caso de que Washington impusiera una prohibición de viaje a altos cargos filipinos relacionados con el «ilegal encarcelamiento» de De Lima.
«El presidente Duterte esté muy equivocado si cree que va a silenciarnos a mí y a mis colegas», ha subrayado Markey durante una rueda de prensa. Markey es el tercer senador sometido a sanciones por parte de Manila y ha señalado que Duterte ha fracasado a la hora de intentar acallar a De Lima y todos aquellos que «cuentan la verdad».
«Estoy con la gente de Filipinas y con la comunidad filipino-estadounidense en la lucha a favor de la democracia y contra las tácticas del Gobierno de Duterte», ha zanjado.
La Policía de Filipinas estima que al menos 6 mil 600 presuntos drogadictos y traficantes han muerto en la guerra contra las drogas desde 2016 dado que se resistieron a ser detenidos. Por su parte, activistas defensores de Derechos Humanos afirman que más de 20 mil personas han muerto en operaciones estatales.