Por JARI TANNER
HELSINKI
Agencia AP
El clima inusualmente cálido en Finlandia dejó ayer a la zona sur de la nación nórdica con una sorprendente ausencia de nieve y una demora poco común del inicio del «invierno térmico», señalaron meteorólogos.
En la Finlandia continental se registró una temperatura máxima de 7.9 grados Celsius (46.2° Fahrenheit) y alcanzó los 8.7° C (47.7° F) en las Islas Aland, una región autónoma en el Mar Báltico.
El «invierno térmico» es cuando las temperaturas bajo cero se establecen por cierto número de días, dijo Tuomo Bergman, del Instituto Finlandés de Meteorología. En el sur de Finlandia, donde eso ocurre generalmente en noviembre, la temperatura promedio para el mes de enero es de -10° C (14° F).
Bergman dijo que es «sumamente posible» que el sur de Finlandia registre temperaturas tan elevadas incluso en marzo, lo que ocurrió en el invierno de 2007-2008.
Las temperaturas por encima del promedio significan que Finlandia apenas ha recibido una capa estacionaria de nieve al norte de la ciudad central de Jyväskylä, a unos 270 kilómetros (168 millas) al noreste de Helsinki.
En la capital, los residentes solo pudieron practicar esquí a campo traviesa en parques designados cuyas pistas reciben mantenimiento con la ayuda de cañones de nieve y otros equipos.
Cinco embarcaciones rompehielos permanecen ancladas en un puerto de Helsinki como otra señal del inicio tardío del invierno. El Mar Báltico sólo se ha congelado en partes del Golfo de Botnia entre Finlandia y Suiza, en su extremo más septentrional.
«Esta es una situación rara, pero no es única. Los inviernos varían mucho y no necesariamente se parecen», dijo Hannu Ylarinne, director general interino de la compañía naviera paraestatal Arctia, que opera la flota de rompehielos finlandeses, al diario Helsingin Sanomat
En Noruega, vecino de Finlandia, las temperaturas alcanzaron los 19° C (66.2° F) el 2 de enero en el condado occidental de Moere og Romsdal, rompiendo el récord anterior para una temperatura máxima en enero.
Según meteorólogos noruegos, las estadísticas demuestran que los inviernos son cada vez más cortos en Noruega, y que hay un número cada vez menor de días con temperaturas bajo cero.