El presidente de Estados Unidos, Donald Trump fue absuelto por el Senado. Foto La Hora/AP

WASHINGTON
Agencia DPA/Europa Press

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado que el bombardeo iraní contra dos bases en Irak solo ha causado «daños mínimos» en las instalaciones y ha considerado que Irán está «en retroceso», si bien las fuerzas norteamericanas están «preparadas para cualquier cosa» en función de las potenciales amenazas.

«Mientras sea presidente de Estados Unidos, Irán nunca podrá tener un arma nuclear», ha proclamado Trump al comenzar un discurso a la nación en el que ha reaccionado a los ataques lanzados por Irán en respuesta a la operación que la semana pasada se cobró la vida del general Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria.

En una primera reacción en Twitter, el mandatario norteamericano ya adelantó que «todo está bien» tras el bombardeo, que no ha dejado «ninguna víctima. «Todos nuestros militares están a salvo», ha declarado en su discurso, donde ha destacado el buen funcionamiento de los sistemas de alerta temprana.

Las fuerzas estadounidenses están «preparadas para cualquier cosa», según Trump, quien no obstante ha apuntado que «parece que Irán está en retroceso». Este supuesto repliegue, ha añadido, es «algo bueno para todas las partes aludidas y algo muy bueno para el mundo».

El inquilino de la Casa Blanca ha restado de esta forma importancia a las reiteradas amenazas de las principales autoridades iraníes, que no descartan nuevas acciones bélicas con el objetivo último de que Estados Unidos abandone Oriente Próximo. El líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Alí Jamenei, ya advirtió tras la operación contra Soleimani que habría una «dura venganza».

Trump ha defendido de nuevo dicho operativo, en el que se acabó con la vida de alguien que «debería haber sido eliminado hace mucho tiempo». El mandatario de Estados Unidos ha descrito al general iraní como «el principal terrorista del mundo», responsabilizándolo de las actividades de milicias como la libanesa Hezbolá y acusándolo de «alentar sangrientas guerras civiles» en la zona.

Asimismo, le ha vinculado con ataques que han causado la muerte o heridas a «miles» de militares de Estados Unidos, así como del «violento asalto» perpetrado el 31 de diciembre en la Embajada norteamericana en Bagdad.

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