Por MENELAOS HADJICOSTIS
PARALIMNI, Chipre
Agencia AP
Un tribunal chipriota impuso hoy una pena de prisión en suspenso de cuatro meses a una británica de 19 años que fue condenada por inventar que había sido violada por hasta una docena de israelíes.
La mujer mantiene que fue violada y que sufrió coacciones para retirar su declaración. Sus abogados indicaron que apelarían la sentencia.
El juez Michalis Papathanasiou señaló que si bien el cargo de «delito público» es grave, decidió dar una segunda oportunidad a la mujer porque durante el proceso admitió a través de sus abogados que había cometido un error con la falsa denuncia de violación.
También citó otros atenuantes, como su juventud, inmadurez, falta de historial delictivo, circunstancias personales, estado psicológico y el hecho de que ya pasó casi un mes detenida durante los seis meses de juicio.
El juez también dijo haber tomado en consideración que la enorme atención mediática que ha despertado el caso en Gran Bretaña e Israel perjudicó a la mujer, que tuvo que paralizar sus estudios cuando iba a comenzar la universidad en septiembre.
La británica recibió además una multa de 140 euros (156 dólares), y el juez dijo a los abogados de la defensa que la sentencia podría activarse si comete otro delito grave en un plazo de tres años.
El cargo de delito público en Chipre conlleva una pena máxima de un año de prisión y multas de hasta 1 mil 700 euros (2 mil dólares).
La madre de la mujer dijo a la prensa que estaba «muy aliviada de volver a casa» tras meses de procedimientos legales. Pese a la condena en suspenso, señaló que la defensa apelaría la condena para pedir que fuera borrada de sus antecedentes.
El caso despertó un gran interés en Gran Bretaña e Israel cuando, tras reportes iniciales sobre que la mujer había sufrido una violación grupal, fue acusada de inventarse las acusaciones.
La mujer, que no ha sido identificada, insistió en que fue violada en una habitación de hotel en la costa el 17 de julio y que 10 días después fue obligada a firmar una declaración retractándose de las acusaciones durante un interrogatorio policial.
El juez dijo que la acusada no había dicho la verdad y que intentó engañar al tribunal con declaraciones «evasivas» en su testimonio.
El juez dijo que la acusada reconoció a los investigadores que había mentido porque estaba «avergonzada» después de enterarse que algunos de los israelíes la grabaron con sus celulares cuando mantenía relaciones consensuadas con su novio israelí.
Mientras el juez leía la sentencia, un grupo de manifestantes que apoyaban a la mujer coreaba lemas ante el tribunal, como «Dejen de culpar a la víctima» y «Vergüenza en la justicia de Chipre».