Por EVA VERGARA
SANTIAGO DE CHILE
Agencia AP
Un cine arte se incendió en medio de la fuerte represión de centenares de policías contra manifestantes que intentaron reunirse en una céntrica plaza de la capital chilena en lo que intentó ser la última y tradicional marcha de los viernes de 2019.
En el Centro Arte Alameda, cuya parte superior ardió y recibió chorros de agua de bomberos, funcionó una brigada voluntaria de funcionarios del Servicio de Atención Médico de Urgencias (SAMU), que por cerca de mes y medio atendió a centenares de heridos por la represión policial.
Mientras sus colegas trataban de impedir la manifestación en la Plaza Italia, tradicional lugar de celebraciones o protestas de los chilenos, seis policías fueron detenidos por orden de una jueza que abrió una investigación judicial bajo la acusación de torturas contra cuatro de ellos y de abuso sexual agravado contra otros dos.
El estudiante de medicina Josué Maureira testificó que fue detenido tres días después del estallido social del 18 de octubre, mientras atendía a manifestantes heridos por la represión policial. Un juzgado determinó la prisión por 120 días de los policías porque los exámenes físicos ratificaban las lesiones que sufrió el joven y porque ellos no debieron cuestionar la salud mental ni la sexualidad de Maureira, lo que aparentemente ocurrió.
La sesión del juzgado había concluido mientras en la Plaza Italia persistía la represión policial contra algunos centenares de manifestantes que, al anochecer, lograron alcanzar el céntrico monumento del lugar, símbolo de los chilenos que en octubre y noviembre protestaban casi a diario, hasta que en diciembre decayeron en número.
Quienes protestaban se replegaron por momentos ante la enorme cantidad de gases lacrimógenos y cuando empezó un virtual repliegue policial se adueñaron de la plazoleta.
A pocos metros surgieron hongos negros del techo del cine arte, que permaneció abierto a pesar del estallido social en momentos que todo el comercio y los cines bajaban sus cortinas a media tarde. Por momentos, el cielo soleado pareció nublarse ante la magnitud del humo, que fue seguido de llamas gigantescas.
Los manifestantes, como de costumbre, abrieron paso a las decenas de carros de bomberos que llegaron hasta el cine, rodeado de otros comercios y de departamentos, y trabajaron por varias horas hasta controlar el fuego, mientras en las afueras varios trabajadores del clásico cine, que con el nombre de Normandie funcionó incluso durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando proyectaba cintas que no se exhibían en los cines comerciales.
A la entrada del Centro Arte Alameda, con sus 300 butacas, funcionó por semanas un grupo de rescatistas que atendió a muchos manifestantes heridos, incluso a personas que recibieron balines o perdigones, y una que perdió una oreja por el impacto de una bomba lacrimógena, dijo uno de los funcionarios a The Associated Press. Gente anónima acudía al lugar a regalar implementos de primeros auxilios.
Entre las últimas cintas que exhibió estuvieron Joker y Amanda.
Uno de los jefes de bomberos en el lugar dijo a periodistas que el Centro Arte sufrió «una destrucción importante» y que se investigarán las causas del incendio. Manifestantes en las cercanías responsabilizaron del fuego a las bombas lacrimógenas de la policía.
Inicialmente la convocatoria de la última protesta de los viernes en 2019 era para realizar una protesta cuyo tema central era el K-POP coreano, que surgió a comienzos de los noventa luego que algunas bandas mezclaron distintos estilos musicales, incluidos varios provenientes de occidente –rock, hip-hop, reggaetón, música clásica– que también cuentan con seguidores fuera de Corea del Sur, especialmente entre adolescentes.
En Chile el K-POP fue noticia luego que el gobierno del presidente Sebastián Piñera afirmó recientemente que se analizaron «millones de comunicaciones» de redes sociales tras el estallido social de octubre, en las que se detectó una «injerencia» e influencia» extranjera en manifestaciones que culminaron con hechos violentos, entre los que mencionaron a cinco grupos, incluidos jóvenes que «son aficionados al K-POP». Bastó la mención para que las redes sociales ridiculizaran el informe.
Piñera, convocó a un plebiscito para que los chilenos decidan en abril de 2020 si quieren una nueva Constitución, ha insistido en la supuesta influencia extranjera en el estallido social del 18 de octubre, que derivó en protestas multitudinarias.