Por CLAIRE PARKER
PARÍS
Agencia (AP)
El presidente francés Emmanuel Macron está decidido a seguir adelante con una reforma del sistema de pensiones del país pese a las huelgas de más de una semana que se extienden a nivel nacional y que paralizaron el transporte público de París, donde las tiendas y restaurantes han experimentado una disminución en sus ganancias.
Aun así, turistas de todo el mundo siguen visitando la Ciudad Luz mientras se acerca la Navidad, de acuerdo con la oficina de turismo de la capital francesa.
Desde Bruselas, Macron dijo que la «reforma histórica» pretende preparar mejor al país ante los retos del siglo XXI.
Agregó que los cambios, que incluyen elevar la edad de retiro a 64 años y eliminar los privilegios especiales de algunos trabajadores, generarán un sistema de pensiones más justo y lo mantendrán libre de deudas.
Macron manifestó su «solidaridad» con sus conciudadanos, pero no respondió concretamente a los reclamos de los sindicatos ni a los problemas de transporte que padecen los viajeros desde que comenzaron las huelgas el 5 de diciembre.
Los sindicatos desean prolongar la huelga más allá de Navidad. La gran cantidad de trabajadores que apoya el paro de labores teme que los cambios en las pensiones obliguen a la gente a trabajar por más tiempo y menos dinero y pongan en riesgo el programa de prestaciones sociales del país.
Es demasiado pronto para evaluar plenamente el impacto de las huelgas al turismo y los negocios de París, indicó la directora de la oficina de turismo Corinne Menegaux a The Associated Press. Sin embargo, subrayó que pese a un declive inicial en las reservaciones hoteleras, éstas siguen aumentando mientras se acerca el «periodo más importante del año», Navidad y Año Nuevo.
Menegaux destacó las dificultades que han enfrentado los pasajeros para llegar y salir de los aeropuertos. Las autoridades de la ciudad han incrementado el servicio de transporte al aeropuerto mientras se desarrollan las huelgas. Aun así, los turistas extranjeros siguen visitando la ciudad y explorando sus sitios más importantes a pie, añadió.
Al tiempo que más gente decide quedarse en casa y pocos turistas nacionales visitan París, los restaurantes y tiendas de la ciudad han sufrido un declive en cuanto al número de clientes, de acuerdo con Menegaux.