Por JILL COLVIN
WASHINGTON
Agencia (AP)
Háganlo de una buena vez. Esa es la nueva estrategia de Donald Trump. Después de combatir la investigación en la cámara baja, bloquear testigos y desacatar órdenes de comparecencia, la Casa Blanca parece aceptar la realidad de que probablemente habrá un juicio político al Presidente y opta por concentrarse en un juicio hecho para televisión en un ámbito que le será más favorable: un Senado controlado por los republicanos.
Los demócratas, tuiteó Trump, «se han vuelto locos. Por eso digo, si han de celebrarme juicio político, háganlo ya, rápido, para que tengamos un juicio… justo en el Senado y nuestro País pueda ocuparse de lo suyo».
Emitió el mensaje antes de que la presidenta de la cámara, la demócrata Nancy Pelosi, apareciera en las pantallas de TV para anunciar que las comisiones redactarían los cargos para un juicio político. Es virtualmente seguro que acusarán al mandatario republicano de violar la Constitución, abusar del poder de su cargo y socavar la seguridad nacional al presionar al presidente de Ucrania para que investigue a un rival político demócrata al tiempo que le retenía la ayuda militar que necesitaba de manera apremiante.
«El presidente no nos deja más opción que actuar», dijo Pelosi.
El equipo de campaña de reelección de Trump y la Casa Blanca respondieron con resignación, al reconocer públicamente por primera vez que Trump probablemente será apenas el tercer presidente de la historia al que la Cámara de Representantes somete a juicio político.
«Aspiramos a un juicio justo en el Senado», tuiteó la secretaria de prensa Stephanie Grisham.
Aunque se enfurece al pensar que pasará a la historia con tan dudoso honor, Trump y sus colaboradores ven un posible aspecto positivo al intento demócrata de destituirlo, a pesar de que los riesgos son altos.
Dadas las escasas probabilidades de que los senadores demócratas reúnan los votos suficientes para condenarlo y destituirlo, Trump presenta el juicio como un episodio hecho para televisión, en el que sus abogados y aliados defenderán agresivamente su conducta y devolverán la pelota a los demócratas, en particular al presidente de la Comisión de Inteligencia, Adam Schiff.
«Obligaremos a declarar a Schiff, los Biden, Pelosi y muchos más. Revelaremos, por primera vez, la verdadera corrupción de nuestro sistema», tuiteó el presidente.
El juicio conlleva riesgos políticos graves para Trump, dada la posibilidad de que algunos senadores republicanos rompan con él o surjan pruebas que lo incriminen, pero para su campaña, el proceso legislativo ha sido una fuente de dones.
El equipo de campaña ha dicho que el juicio político constituye el factor más poderoso que motiva a los donantes y voluntarios. El presidente dijo a la prensa que la campaña tuvo su «mejor mes de recaudación de fondos» en noviembre, cuando los demócratas acentuaron sus esfuerzos.
Según el jefe de campaña Brad Parscale, el objetivo de los demócratas siempre ha sido el juicio político al presidente, «así que empiecen de una vez para que tengamos un juicio justo en el Senado y mostremos la realidad del pantano».
«Estamos preparados», dijo Tony Sayegh, un exfuncionario del Tesoro que forma parte de un equipo nuevo de respuesta inmediata de la Casa Blanca.
«Si los demócratas son tan necios como para aprobar los cargos para un juicio político, que carecen totalmente de pruebas y fundamento fáctico, queremos un juicio en el Senado», dijo a Fox News.
El director de asuntos legislativos de la Casa Blanca, Eric Ueland, dijo después de una reunión con legisladores republicanos: «ya es tiempo de poner fin a los sufrimientos de la cámara y pasar al Senado para que se escuchen claramente los argumentos del presidente y se pueda poner fin a esta comedia absurda».
Ueland dijo que «las normas subyacentes del juicio político en el Senado le otorgan al presidente el pleno derecho de presentar su caso sobre los hechos y los méritos».
«Por eso creemos con firmeza que para presentar plenamente los argumentos del presidente… necesitamos tanto un juicio en regla como la oportunidad de convocar a los testigos y realizar un proceso aquí en el recinto del Senado».
Más allá de estos argumentos, fuentes oficiales dicen que la Casa Blanca comprende que deberá concentrarse en cultivar relaciones con los senadores republicanos para asegurarse su lealtad y elevar el costo político para los demócratas. De ahí las numerosas reuniones de la Casa Blanca con legisladores republicanos.
Al mismo tiempo, los socios de Trump dicen que el presidente es consciente de los estragos que causaría un juicio en enero entre los postulantes a la candidatura demócrata 2020, varios de los cuales son senadores que se verían obligados a abandonar sus campañas para asistir al proceso. Dicen que está ávido por alentar el caos.
Mientras tanto, el abogado personal del presidente, Rudy Giuliani, realiza una visita muy pública a Ucrania, donde sigue impulsando la teoría conspirativa ya refutada de que fue Ucrania y no Rusia la que se entrometió en la elección de 2016.
El legislador ucraniano Andrii Derkach, quien ha acusado al hijo del exvicepresidente y aspirante demócrata Joe Biden de recibir fondos malversados de una compañía de gas ucraniana, dijo por Facebook que se reunió con Giuliani en Kiev para discutir la creación de un grupo nuevo: Amigos de Ucrania Detienen Corrupción.
El hijo de Biden niega haber cometido alguna falta.