Por KEN MORITSUGU y PATRICK QUINN
HONG KONG
Agencia (AP)
Estudiantes rebeldes y manifestantes antigubernamentales abandonaron hoy casi todas las universidades que ocupaban en Hong Kong tras un asedio policial de casi una semana. Al menos uno de los campus seguía controlado por los activistas.
Los cortes de tránsito seguían afectando a algunas partes de la ciudad de 7.5 millones de habitantes, y escuelas y universidades permanecían cerradas.
Soldados del ejército chino, vestidos con pantalones cortos negros y camisetas verde oliva, se unieron a las operaciones de limpieza de escombros en el exterior de la Universidad Baptista Kowloon Tong, que fue escenario de enfrentamientos esta semana.
Docenas de militares de un cuartel cercano ayudaron a los barrenderos a retirar los adoquines, piedras y otros obstáculos que llenaban la calzada impidiendo la circulación. Policías antimotines observaban la operación desde las calles aledañas.
Los soldados, trotando en formación, llevaban escobas y cantaban, una inusual imagen en la ciudad. China mantiene una guarnición de unos 10 mil soldados en el territorio semiautónomo, pero no puede desplegarse operacionalmente a menos que el gobierno de Hong Kong lo solicite.
La ciudad estaba tranquila hoy y solo había una manifestación convocada para la celebración del Orgullo Gay en el centro de la ciudad.
Las protestas antigubernamentales, que cumplen seis meses, son cada vez más violentas aunque congregan a menos personas, y suelen sembrar el caos en las calles.
Las movilizaciones comenzaron por la decisión del gobierno de presentar una ley que habría permitido la extradición de sospechosos a territorio continental chino para ser juzgados allí. Los activistas consideraron que esto erosionaba la autonomía de Hong Kong bajo la fórmula “un país, dos sistemas” impuesta en 1997, cuando Gran Bretaña devolvió el control de la ciudad a China.
La propuesta de ley se retiró, pero las protestas se han convertido en un movimiento de resistencia más amplio contra lo que se percibe como el creciente control de la China comunista sobre el territorio, además de para incluir demandas de más autonomía.