POR LISA MASCARO, MARY CLARE JALONICK Y ERIC TUCKER /AP
WASHINGTON
Había tres palabras que el presidente Donald Trump quería escuchar del mandatario ucraniano: “investigaciones, Biden, Clinton”.
Eso de acuerdo con la transcripción publicada ayer de una entrevista con George Kent, diplomático de carrera del Departamento de Estado, como parte de la pesquisa para juicio político contra Trump.
“El Presidente de Estados Unidos no quería nada menos que el presidente Zelenskiy se acercara al micrófono y dijera ‘investigaciones, Biden y Clinton’”, testificó Kent. “En esencia el mensaje tenía que tener tres palabras”.
Kent les dijo a los investigadores que hasta donde él sabía eso era lo que Trump quería que el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy dijera para poder recibir la ayuda militar estadounidense, con base en conversaciones que le fueron referidas por otras personas en el gobierno que estaban en contacto con el embajador Gordon Sondland, quien tenía una línea telefónica directa con Trump.
Numerosos funcionarios que laboran o han laborado en el gobierno de Trump han testificado que el Presidente condicionó la entrega de ayuda estadounidense a que Ucrania investigara públicamente a Joe Biden, adversario político de Trump, al hijo de Biden y a otros demócratas.
La palabra “Clinton”, explicó Kent, era una forma de abreviar “campaña presidencial estadounidense de 2016”. Era una referencia al punto de vista de Trump, impulsado por su abogado personal Rudy Giuliani pero distinto a la opinión de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, de que Ucrania desempeñó un papel en la interferencia electoral.
Kent también expresó su preocupación por la «campaña de mentiras» de Giuliani contra la embajadora de Ucrania Marie Yovanovitch y el despido de la diplomática veterana por parte del gobierno de Trump.
Los investigadores de la Cámara de Representantes están dando a conocer transcripciones cruciales de entrevistas a puerta cerrada en la pesquisa para el juicio político mientras se preparan para sesiones públicas con testigos para la próxima semana. La denuncia de un informante acerca de la llamada telefónica de Trump con Zelenskiy el 25 de julio fue la chispa que detonó la investigación.
Kent había testificado durante horas en octubre acerca de la cambiante política estadounidense hacia Ucrania mientras funcionarios del gobierno y Giuliani se hacían cargo de ésta, actuando fuera de los canales formales de política exterior.
El diplomático de carrera llegó a entender que, a menos que Ucrania implementara las investigaciones que Trump quería, el gobierno retendría casi 400 millones de dólares en ayuda militar a la joven democracia, la cual depende del apoyo estadounidense para contrarrestar la agresión rusa.
Kent dijo que registró por escrito las conversaciones que estaba sosteniendo con otros diplomáticos, ya que le preocupaba que hubiera “un plan para iniciar procesos políticamente motivados que eran perjudiciales para el estado de derecho, tanto en Ucrania como en Estados Unidos”. El memorándum fue presentado ante el Departamento de Estado.
Les dijo a los investigadores que le incomodaba lo que estaba escuchando acerca de que Giuliani estaba impulsando las investigaciones, y de que el enviado especial de Trump ante Ucrania, Kurt Volker, estaba hablando con funcionarios ucranianos sobre el tema.
“Y le dije a Bill Taylor: ‘Eso está mal, y no deberíamos estar haciendo eso dentro de la política estadounidense’”, dijo Kent, refiriéndose a William Taylor, el diplomático de mayor rango de Estados Unidos en Ucrania, que también testificó en la pesquisa.
El embajador de Trump ante la Unión Europea, Gordon Sondland, usó el apodo en español de «los «tres amigos», para referirse a sí mismo, a Volker y al secretario de Energía, Rick Perry, como un grupo con el mandato de tomar la iniciativa sobre la política ucraniana en relación con la diplomática de carrera», declaró Kent.
En un momento dado, agregó Kent, la asistente de Volker, Catherine Croft, preguntó si alguien había buscado investigaciones en Ucrania. Kent dijo que esperaba que Estados Unidos no lo hubiera hecho, porque «eso va en contra de todo lo que estamos tratando de promover en los estados postsoviéticos durante los últimos 28 años, que es la promoción del Estado de Derecho».