Madrid/Europa Press
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha asegurado que la OTAN está en una situación de «muerte cerebral» y ha cuestionado la vigencia de la cláusula de defensa colectiva, en la medida en que considera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ofrecido muestras de «dar la espalda» a Europa en momentos de dificultad.
«Lo que estamos experimentando actualmente es la muerte cerebral de la OTAN», ha dicho Macron en una entrevista con The Economist en la que ha llamado a Europa a «despertarse» y asumir las nuevas realidades, entre otras razones porque no ve clara la efectividad del Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, según el cual los Estados miembro se comprometen a salir en auxilio de un aliado.
«¿Qué significará mañana el artículo 5?», ha planteado el mandatario galo, quien ha asegurado que dicha premisa «solo sirve si el garante de último recurso funciona como tal». «Deberíamos reevaluar la realidad de lo que es la OTAN a la luz del compromiso de Estados Unidos», ha añadido.
Estados Unidos, en opinión de Macron, parece estar «dando la espalda» a Europa, como habría quedado de manifiesto en el inesperado repliegue de tropas ordenado por Trump en la zona norte de Siria.
El presidente galo ha afirmado que Europa tiene al otro lado del Atlántico por primera vez a un presidente que «no comparte la idea del proyecto europeo», en un momento complejo al que se suma el crecimiento de China, el autoritarismo de Rusia y Turquía y la inestabilidad política interna, con el Brexit como telón de fondo.
TEME PERDER INFLUENCIA
Este cúmulo de circunstancias, «impensables hace cinco años», obligan a tomar medidas, según Macron. «Si no despertamos, (…) hay un riesgo considerable de que a largo plazo desaparezcamos geopolíticamente o que, al menos, no seamos dueños de nuestro destino», ha advertido.
Así, cree que sería «un enorme error» no replantearse la actual estrategia, por ejemplo, dotando a la UE de más «soberanía militar» y retomando el diálogo con Rusia. También ha tachado de «absurdo» que el bloque se abra a la adhesión de nuevos países sin antes reformar el proceso, como ya quedó de manifiesto con el reciente veto galo a las conversaciones con Macedonia del Norte y Albania.
