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MADRID/Europa Press

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, ha asegurado hoy que el Gobierno recibiría la carta que el jefe del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, pretende entregarle exigiendo la dimisión del presidente, Evo Morales, así como que tendrá «respuesta».

«La carta va a ser recibida sin ningún problema, es un ciudadano como cualquier boliviano y tiene derecho a dejar su carta. Va a ser recepcionada y, por supuesto, va a tener una respuesta en el marco de la Constitución», ha dicho en una rueda de prensa en La Paz.

Camacho llegó ayer a La Paz después de un primer intento fallido el día anterior, cuando fue cercado en el Aeropuerto Internacional de El Alto por simpatizantes de Morales, lo que le obligó a regresar a Santa Cruz.

Interrogado sobre la pretensión del dirigente opositor, García Linera ha considerado que la dimisión de Morales será «enterrar la democracia» en Bolivia, sin dar detalles sobre cuál será la respuesta gubernamental.

«A él y a su gente le respondo con la Santa Biblia. Levíticos 19.12: ‘No aborrezcas a tu hermano en tu corazón’. Y, finalmente, con una palabra de Tesalonicenses 3.5: ‘Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios y a la paciencia de Cristo’. Esa es la mejor respuesta», ha sentenciado.

García Linera ha aprovechado para reiterar el llamamiento del Gobierno tanto a Camacho como al candidato opositor Carlos Mesa a deponer su «actitud caprichosa» y aceptar al resultado que arroje la auditoría que la Organización de Estados Americanos (OEA) está haciendo de las elecciones presidenciales del 20 de octubre para determinar si hubo fraude.

«Todo se hubiese solucionado con el simple hecho de decir ‘acepto mi derrota'», ha considerado. Por contra –les ha recriminado– han optado por mantener la movilización en las calles dando lugar a episodios de violencia que van a hacer que Bolivia sea «una vergüenza mundial».

En concreto, el ‘número dos’ del Ejecutivo se ha referido a los sucesos del miércoles en la ciudad de Cochabamba, donde oficialistas y opositores se enfrentaron con un saldo de un muerto y cerca de 90 heridos.

«El día de ayer debe ser calificado como el día de la vergüenza, es el día del martirio, el día de ayer miles de mujeres humildes, muchas cargando a sus bebés, en una marcha por la paz fueron brutalmente atacadas, golpeadas y azotadas por una banda de paramilitares en moto», ha lamentado.

García Linera les ha pedido que «no destruyan Bolivia de esa manera». «Señor Mesa, señor Camacho, basta de promover la violencia. Acepten la vía institucional y democrática, la auditoría de la OEA», ha dicho, según informa la agencia de noticias oficial ABI.

CRISIS ELECTORAL

Las protestas en Bolivia estallaron la misma noche de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 20 de octubre por la suspensión repentina de la transmisión de los resultados oficiales justo cuando obligaban a una segunda vuelta entre Morales y Mesa.

Cuando se retomó, casi 24 horas después, concedían la victoria en primera vuelta a Morales, por lo que Mesa ha denunciado un «fraude gigantesco». Ambos llamaron a la movilización de los suyos, lo que ha derivado en disturbios. Al menos tres personas han muerto y más de 190 han sido detenidas en estas dos semanas.

En este contexto, Morales ha accedido a que la OEA, apoyada por países como España, México o Perú, realice una auditoría electoral de carácter vinculante. Mesa, en cambio, no la acepta porque dice que es fruto de un acuerdo unilateral entre el Gobierno y el bloque hemisférico sin tener en cuenta a la oposición.

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