Portovaya Bay, a unos 170 kilómetros (106 millas) al noroeste de San Petersburgo, Rusia, durante una ceremonia que inaugura la construcción del gasoducto Nord Stream. Foto la hora: Dmitry Lovetsky/AP.

Por JAN M. OLSEN
COPENHAGUE, Dinamarca
Agencia (AP)

Dinamarca anunció hoy que permitirá un proyecto conjunto de Alemania y Rusia para construir un gasoducto que pasará por su territorio, lo que representó un golpe a Estados Unidos, que se ha opuesto férreamente al proyecto.

La decisión de la Agencia de Energía danesa para aprobar la ruta del gasoducto Nord Stream 2 representa una victoria para los gobiernos de Rusia y Alemania, que habían apoyado el plan.

El proyecto busca transportar gas natural a través de unos 1 mil 200 kilómetros (746 millas) a través del Mar Báltico desde Rusia hasta el resto de Europa. El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump y algunos países europeos han criticado el proyecto, alegando que podría aumentar la dependencia de Europa con Rusia como proveedor de energía.

La agencia gubernamental informó que había otorgado el permiso a Nord Stream 2 AG, con sede en Suiza, «para construir una sección del gasoducto Nord Stream 2 de gas natural en la plataforma continental danesa al sureste de Bornholm en el Mar Báltico».

«Estamos contentos de haber obtenido la autorización de Dinamarca» comentó Samira Kiefer Andersson, representante de Nord Stream 2 AG. «Continuaremos con la cooperación constructiva con las autoridades danesas para completar la construcción del gasoducto».

Afirmó que el trabajo preliminar y la subsecuente instalación empezarán en las próximas semanas.

Washington, que quiere vender su gas natural licuado a Europa, ha amenazado con imponer sanciones a las compañías que se involucren en el gasoducto báltico.
Aunque el gasoducto es propiedad del gigante ruso Gazprom, la mitad del costo de 8 mil millones de euros (8 mil 900 millones de dólares) está cubierto por cinco compañías europeas de energía y sustancias químicas, incluidas Shell, BASF y ENGIE.

Alemania, que es la economía más grande de Europa y el mayor importador de gas natural, ya depende en gran medida del gas ruso. Hasta ahora, la canciller alemana Angela Merkel ha mantenido el gasoducto fuera de la mesa de negociaciones mientras impone sanciones contra Rusia por sus acciones en Ucrania.

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