Por FRANCES D’EMILIO
ROMA
Agencia (AP)
¿Quién hubiera pensado que dos de las estrellas de la política europea iban a jugar tan mal sus cartas en asuntos estratégicos de poder?
El primer ministro británico Boris Johnson y el político italiano de extrema derecha Matteo Salvini quedaron contra las cuerdas esta semana, cada uno por su propia cuenta tras arriesgarse y perder pensando que podrían salir adelante gracias a su popularidad.
Según analistas y políticos, ambos calcularon muy mal el papel crucial de las instituciones democráticas como el Parlamento en una era de populismo político y subestimaron la táctica de los enemigos íntimos que se juntan en contra de amenazas.
«Confundieron su popularidad con poder, y pensaron que su popularidad iba a imponer sus planes a la fuerza», dijo Wolfango Piccoli, analista y copresidente de espionaje Teneo, con sede en Londres.
Las circunstancias de cada líder en estas semanas veraniegas en declive son marcadamente diferentes.
En Londres, el imprevisible Johnson continúa en el poder, aunque su apuesta para hacer a un lado al Parlamento y asegurarse de que Gran Bretaña se retire de la Unión Europea el 31 de octubre fue un tiro por la culata. En Roma, al tratar de propiciar elecciones anticipadas para poder convertirse en primer ministro, el revoltoso Salvini perdió sus dos poderosos puestos de coaliciones, como virulento ministro antiinmigrante y como viceprimer ministro en el primer gobierno completamente populista de Italia.
Johnson, enfrentado a un Parlamento díscolo, donde tenía apenas una estrechísima mayoría, hizo una apuesta a fines de agosto. El primer ministro declaró que el Parlamento sería suspendido por varias semanas de cara a la crucial fecha límite del Brexit.
Pero la estrategia de Johnson terminó uniendo a los legisladores en su contra, incluso a 21 de su propio bando, el Partido Conservador. Su apuesta le costó la mayoría legislativa e hizo trizas su estrategia de Brexit.
Uno de los legisladores que fue suspendido del bloque Conservador en el Parlamento esta semana tras votar en contra del gobierno de Johnson dijo que el error del primer ministro fue contratar como asesores clave a quienes dirigieron la exitosa campaña de «retiro» del bloque europeo en el referendo del 2016. Pero esos asesores tienen mínima experiencia trabajando con el Parlamento.
«Quizás pensaron que podrían ganarle al Parlamento y triunfar haciendo las cosas como si fuera una campaña», dijo el legislador Alistair Burt. «No se puede. Fue un mal cálculo».